jueves, 1 de enero de 2015

La noche de los petardos No han apreciado, ni Rajoy ni Montoro, una de las manifestaciones más evidentes de que se está empezando a recuperar la renta y la disponibilidad del gasto de muchos ciudadanos en un renglón del gasto: el los petardos. Esta noche del 31 de diciembre y la madrugada del 1 de enero habrá sido, con toda propiedad, la noche y madrugada de los petardos, de los petardistas, de sus fabricantes, compradores, vendedores y aficionados, en general. Y la noche más negra, también, de quienes no somos aficionados a esa habilidad, ni a los perros domésticos, que lo han pasado fatal, y con ganas de suicidarse en masa. ¿No hay normas de respeto a la quietud y el silencio en horas nocturnas? Esto ya está resultando más ruidoso que la ácrata Italia. En Madrid y alrededores se pudieron escuchar petardos desde las seis o siete de la tarde hasta las seis o siete de la mañana, de manera continuada y sin pausa. Los barrios, las residencias, las casas y hasta los vecinos de cada piso pugnaron para hacer el mayor ruido posible con su correspondiente petardo. ¿Quién habrá podido dormir tras la noche de fin de año? Parece mentira que el ministro Montoro, tan hábil a la hora de inventarse nuevas fórmulas fiscales y recaudatorias, no haya prestado atención a este renglón de actividad y no haya gravado adecuadamente la fabricación, comercialización y compraventa de estos productos, Es sólo una demostración más de que nuestra clase política sigue “en Babia” y no se entera de o que ocurre en la calle. Y sin embargo, ruido sí que hace este sector de actividad, tan floreciente como ruidoso, que ha invadido tosas las calles y las plazas del país en cualquier festivo, por mínimo que sea. Y si es una gran fiesta del calendario, tanto más. En la Plaza Mayor de Madrid, durante las últimas semanas, y en cualquier calle comercial española, se ha podido adquirir con la mayor facilidad alg´ñun producto explosivo y ruidoso de los que comentamos hasta por cincuenta céntimos. Cincuenta “bombetas”, un euro, ha sido una de las ofertas más exitosas de esta temporada, que los niños de pocos años de edad han adquirido y han arrojado a otros niños incluso más pequeños, con los consiguientes riesgos de tragedias. Pero Montoro aún no se ha enterado, y no ha querido gravar con un cien o un mil por cien estos explosivos y a quienes los comercializan. ^Parece que prima la idea de que “por un día, por una noche, que hagan estallar sus ruidos, la expresión de sus enfados contra el Gobierno, y a muy bajo precio. Tiempo y ocasión habrá para seguirles aplicando el IVA al teatro, al cine, a los libros, a los textos escolares, ya seguiremos recortando las becas, la investigación, los Erasmus y todo lo que pueda traer consigo modernidad, competitividad y presencia en el futuro… Todo esto ocurre mientras se anuncian para el año que empieza algunos bombazos de relevancia, como el juicio del caso Noos, los juicios de los ERE andaluces y otras cuitas de la jueza Alaya, algunos casos de la serie Gurtel, algunos otros más del caso Palma Arena, algunos juicios de Caja Madrid-Bankia, algún juicio de Gurtel-Bárcenas…, de los que se viene ocupando el juez “a tiempo tasado” del juez Ruz, todos ellos en fase de instrucción, pero que no terminan de llegar a los correspondientes banquillos. Esos sí que serán petardazos deseables por la ciudadanía, que será conveniente celebrar con bombetas y bombazos callejeros… JOSÉ CAVERO

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