A pactar. O no… La tarea siguiente a unas elecciones, ya es sabido, es el pacto para repartirse el poder, todos los poderes. Susana Díaz ha conseguido en Andalucía lo que muchos parecían increíble de conseguir: lograr la mayoría y a notable distancia de los segundos, el PP de Moreno Bonilla-Rajoy. Por cierto que a la hora del recuento de los votos, la sonrisa beatífica del popular se había eclipsado abruptamente. Contra lo que había pronosticado su madrina de guerra, Sáenz de Santamaría, se había venido abajo, efecto inmediato del descalabro de su partido y de él mismo. No cabía mayor milagro que mantenerse en el segundo puesto, en el momento en que han aparecido en el escenario dos nuevas fuerzas empeñadas en abrirse paso y conseguir escaños: Podemos y Ciudadanos. Pero hay peores vencidos que el PP: El UPyD de Rosa Díaz, desconocido en esta plaza, y la Izquierda de Unida de Maíllo, también castigada por su insuficiente apoyo al gobierno de Susana en la legislatura anterior, y victima, a su vez, del relevo que pretende hacerle, y le hace, Podemos. ¿Pactará Susana Díaz para gobernar con más tranquilidad? Es dudoso. A menudo, los socios proporcionan más conflictos que satisfacciones, como comprobó con IU… Y, de momento, no parece necesitar a nadie para gobernar. Se basta y se sobra con sus propios votos y escaños. El coste de cualquier apoyo exterior resultaría sumamente complicado, con bastante probabilidad, de manera que tratará de bastase a sí misma con la intensa dedicación a la que se entrega. Pero si Susana Díaz tiene en sus propios resultados un final, siquiera de momento, y hasta que decida entregarse a otras causas –bastante tarea es la satisfacción de los andaluces-, mayor es la preocupación de Mariano Rajoy, que sólo acaba de empezar lo que se aventura ya como un calvario de grandísimas dimensiones, con caídas probable en no pocas de las estaciones que tiene por delante en las autonomías y capitales de provincia en las que su partido se va a confrontar con las restantes fuerzas. Por el contrario, el PSOE sale satisfecho, aunque estaría en un error si se mostrara tranquilo y relajado. Es bien cierto que no parece que el bipartidismo haya sido la víctima central de esta primera batalla, pero podría serlo en las sucesivas. Por lo menos, no les faltará voluntad a los adversarios de Podemos y Ciudadanos. Y tendremos que ver si la señora Díaz, la de UPyD, no se ve obligada a plegar velas, si se repite la historia andaluza… Pero ya es sabido que unos resultados no avalan ni garantizan los siguientes. Cada día tiene su afán, y cada partido tiene que empezar a preparar ya sus siguientes pruebas en las correspondientes urnas. Lo que, en todo caso, parece incuestionable, es que el PP parte de unas posiciones de notable debilidad, particularmente por el desgaste del gobierno, en los últimos tres años. Pensó Rajoy que los éxitos que vende antes de que se terminen de producir le iban a salvar del castigo, pero está visto que no es así. Los recortes, las corrupciones de Gurtel y Bárcenas han resultado más severas que la jueza Alaya para el PSOE andaluz. No hay duda de que Podemos ha registrado un notable comienzo en la que aspira que sea gran conquista de las autonomías y ciudades españolas, antes de enfrentarse al Parlamento, en noviembre. Pero tampoco debieran fiarse de estas primeras apariencias. El liderazgo de Podemos, con el tríduo salvífico de Iglesias, Errejón y Monedero, ya hemos visto que tiene aristas y suscita evidentes desconfianzas. Tendrán que abrirse mucho más y explicar las muchas dudas que aún suscita. Y algo parecido deberá suceder con Ciudadanos, otro de los milagros de este domingo de marzo en el que ha comenzado una confusa primavera lluviosa y frescachona… ¿Son serias y solventes estas nuevas ofertas? Tienen evidente coste para otras fuerzas: Ciudadanos puede seguir “comiendo” al PP, así como Podemos puede seguir comiendo a IU… Vienen a ser fuerzas de sustitución o renovación de viejos y gastados proyectos. Eso, siempre que consigan convencer a la ciudadanía de la bondad de sus propuestas y de la gestión mejorada que podrían hacer… JOSE CAVERO