miércoles, 25 de marzo de 2015

La tragedia de los Alpes La tragedia aérea de los Alpes, de un avión de línea aérea alemana que había partido desde Barcelona, tuvo ayer la virtud de alejar, momentáneamente, las cuestiones políticas derivadas de las elecciones andaluzas del domingo, que han quedado disminuidas o relegadas a planos menores. Este zarpazo de la muerte en la montaña y por razones, siquiera a primera vista, desconocidas suscitó toda clase de reacciones de miedo y de solidaridad, sin que faltaran tampoco las de algunos descerebrados que en redes sociales mostraron su radicalidad racista porque había víctimas catalanas… Casi siempre hay salidas de tono, y sorprende que en cualquier manifestación o suceso den que hablar estas salidas de tono y reacciones ultramontanas. La educación general básica no termina de generalizarse o no llega nunca a determinados individuos de la raza humana. En cuando a la tragedia propiamente dicha, sería conveniente que la línea aérea no demorara excesivamente la revelación de las causas del accidente, una vez que las cajas negras fueron encontradas de inmediato, aunque una de ellas algo deteriorada por el golpe sufrido. Hay unas cuantas tragedias aéreas de las que no se ha llegado a conocer la razón, y eso hace decrecer sustancialmente la confianza de los usuarios en este tipo de transporte ya masivo y frecuentísimo… Pero, regresando a tierra, nos hallamos de nuevo con los resultados de las investigaciones del juez Ruz en los papeles B de Bárcenas y, no menos sorprendente, en la pasividad que merecen en el propio P las implicaciones queso responsabilidad tienen en sus máximos dirigentes. Cospedal, Rajoy, Acebes…, que por cierto, no se ven reclamados por la Justicia ni siquiera para declarar, probablemente por su condición de aforados, no parecen afectados por las sospechas e incriminaciones de que son objeto en la opinión pública. Cuando menos, parece que debieran esforzare en aparecer en público y tratar de justificar lo injustificable de sus actuaciones… Pero no sucede tal cosa, y parece dudosa, dada la tranquilidad con la que asumen las informaciones, la aplicación de una normativa legal que ha podido elaborarse a gusto del consumidor: el político que infringe las leyes que dicta…¿Qué habrá preocupado más a Rajhoy, las revelaciones de Ruz o la derrota de su partido en Andalucía? Pues no parece que ninguna de las dos cosas, a juzgar por la tranquilidad con la que ha recibido las dos noticias. Como si no fuesen con él… Volviendo a las reacciones suscitadas por las elecciones andaluzas, parece evidente que varios paridos esperaban mucho más de lo conseguido. No digamos ya en el caso de UPyD, donde la crisis es gravísima. De supervivencia. Sobre todo, por razón de la pasividad y resistencia a asumir culpas de la líderesa Rosa Díaz, forzada por no pocos de sus colaboradores, una vez más, a tomar alguna decisión sobre la integración y colaboración con Ciudadanos. Por el contrario, con Ciudadanos cada vez es más frecuente la interpretación de que ha comenzado a “heredar” los votos y votantes del PP, aunque le falten cuadros y mandos… Otro tanto sucede con Podemos, la heredera, en buena medida, de IU, por más que algunos rechacen esta interpretación y no se resignen a esta renovación de siglas y programa. Es decir, que las elecciones andaluzas han permitido ver un progresivo relevo de unas siglas por otras, siquiera en un primer movimiento que deberá ratificarse en sucesivas consultas. No hay duda de que, una vez más, los comicios y sus resultados, aclaran el panorama y lo fuerzan a asimilarse a la realidad… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: