miércoles, 23 de noviembre de 2016

La muert de Rita Barberá.
Este miércoles, 23 de noviembre, será ya, para todos, y por bastante tempo, el día que murió Rit Barberá. Un infarto de miocardio masivo, según adelantaron  los expertos, terminaba con la vida de la, durante 24 años,  exalcaldesa de Valencia, y parlamentaria del GrupoMixto, tras ser expulsada del PP;  Rita Beberá, en los últimos tiempos perseguida por la opinión pública y vapulead por no pocos de sus propios compañeros de partido, como presunta responsable e las corrupciones que se produjeron en las campañas de financiación electoral del PP valenciano. Ello lo negó sistemáticamente, y las ultima esta misma semana, ante el fiscal Conde Pumpidou, del Tribunal Supremo, a quien había llegado este caso.
Pero de lo que no hacía duda es de que Rita Barberá había dejado de tener el apoyo de sus compañeros del partido, incluso de su presidente Mariano Rajoy, de quién ella siempre esperó una llamada de apoyo y solidaridad, en los tristes meses de su largo calvario al ser chivo expiatorios de los probables actuaciones irregulares de otros tiempos en su partido y en el ayuntamiento valenciano que ella administró.
Quienes la habían visto en fecha reciente, advirtieron del decaimiento físico y del desánimo moral que padecía:  había adelgazado un número de kilos probablemente desproporcionado, y las huellas de la preocupación y la angustia se habían apoderado visiblemente de ella. Algunos de sus correligionarios se preguntaban, tras ser informados de las circunstancias de su muerte, si había valido la pena tanto esfuerzo en el ejercicio de sus cargos para terminar de ese modo y en medio de tanta soledad.
Pero ha sido la primera y grandísima noticia de este miércoles, y que  volvió a ver intervenir y explicarse a médicos cardiópatas, psicoanalistas y penalistas. Rita no había llegado a ser juzgada, todavía, pero ya pesaba sobre ella un condena moral muy generalizada. Padecía, con toda propiedad, la pena del telediario, y posiblemente ésa era la causa directa del fallecimiento: su soledad, su angustia,  el abandono del que estaba siendo objeto y víctims quien, en otros tiempo aún próximos,  disfrutó de l a amistad, la compañía y hasta el apoyo de “los suyos”. Hasta que éstos decidieron ignorarla y darle la espalda de manera  bien apreciable…
Rita y su fallecimiento súbito causaban condolencias generales, a sus propios correligionarios y en los restantes partidos políticos, alguno de los cuales, sin  embargo, -Podemos y su líder Pablo Iglesias-, se negó a participar en la ceremonias del minuto de silencio respetuoso y solidario que le tributaron las cámaras parlamentarias apenas tuvieron notita de su muerte. Mientras tanto algún experto llegaba a plantear la eventualidad de que  la propia Rita hubiera actuado para quitarse de en medio, por ejemplo,  tomando medicinas inadecuadas, , ante la impotencia de seguir con el mal trance  que venía padeciendo en los últimos tiempos, abandonada por los suyos, sin los amigos de antes, aislada, reducida a mantenerse en el Grupo Mixto del Senado y sin perspectiva alguna de “levantar cabeza”,  acaso pasado algún tiempo,  salvo por alguna sentencia judicial que borrara todas las sospechas anteriores…

JOSÉ CAVERO

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