domingo, 21 de febrero de 2010

BLANCO, EL ESTRATEGA DEL PACTO DE ESTADO POR LA ECONOMIA, EL PP MANTIENE SUS CAUTELAS Y ESCEPTICISMO, AMPLIAR ENTREVISTAS CON JOSÉ BLANCO Y CORBACHO

BLANCO, EL GRAN ESTRATEGA.- Todos parecen prepararse para la “reunión del pacto de Estado por la economía”, anunciada para el jueves por el presidente Zapatero. Se producirá ese día un primer encuentro, a partir del cual se supone que se formarán grupos de trabajo y empezarán a concretar propuestas concretas. Algo, muy poco, se sabe sobre por dónde comenzarán los debates. Desde El País se nos ha explicado este domingo que el ministro José Blanco tiene el encargo de dar peso político al pacto. Y que ha sido el elegido para compensar las tendencias liberales de los otros dos ministros integrantes de esa “troika” de ministros, la vicepresidenta Salgado y el titular de Industria Sebastián. Zapatero ha encumbrado a Blanco como vicepresidente de facto –observa el diario Público-, tras descartar sentarse él mismo a la mesa de negociación… De manera que Blanco ha resurgido como hombre fuerte indudable e incuestionado: no sólo es el ministro inversor, sino el vigilante de la estrategia del partido socialista, de acuerdo con el líder Zapatero...
DESCONFIANZA Y ESCEPTICISMO DEL PP.- Pero, a continuación, lo primero que deberán superar los ministros es la desconfianza y el escepticismo que se ha encargado de cultivar y que difunde permanentemente el PP. Primero fue Dolores de Cospedal, y ahora es el propio Rajoy quien observa con desconfianza sin límite esos trabajos. Hoy mismo reitera Rajoy que el presidente no quiere pactar, sino solo ganar tiempo, y esperar, sencillamente, a que escampe. Y una vez más, Rajoy reclama a Zapatero que rectifique de sus propias recetas y se acoja y asuma las del PP. Los socialistas, a su vez, señalan la irresponsabilidad histórica del PP y de Rajoy en esta hora crítica.. El propio José Blanco denuncia esa pasividad de los populares, cuando proclama desde Público que “los nacionalistas están demostrando más sentido de Estado que el PP”. Añade que el PP debe decidir si actúa como motor o como freno de la recuperación económica. Ahí estará., por consiguiente, el primer escollo a superar: tratar recomprometer al PP en unos acuerdos hacia los que, hasta la fecha, ha permanecido al margen, por entender que la crisis misma, su profundidad y duración, les iba a favorecer de manera automática.
UNA CRISIS SIN FINAL.- Es posible que no estén ya tan convencidos de que será de ese modo, porque si la crisis no tiene una salida próxima, pudiera prolongarse en el tiempo, y continuar algunos o unos cuantos años más, para desesperación de todos… Y en tal caso, también los populares se verían muy seriamente alcanzados por la depresión generalizada. Pero, de momento, Rajoy reduce ese intento de pacto aun intento socialista de ganar tiempo. Y por ello, las advertencias que les hace Blanco: Si el PP no entierra el hacha de guerra, tendrá que dar muchísimas explicaciones a los ciudadanos. Los analistas políticos también tienen presente que José Blanco cultiva, desde hace tiempo, la relación con los dirigentes de CiU y del PNV en el Congreso, Durán i Lleida y Josu Erkoreka. Y aunque ambos ya han advertido que no serán menos “palmeros”, no es improbable que el Gobierno se pueda apoyar en ellos como alternativa al renuente PP. De otro lado, un cronista barcelonés señalaba hoy en su columna que “todo apunta a que Zapatero colmará de atenciones a CiU en plena campaña catalana”, con lo que tal cosa pudiera suponer de tensionar las relaciones de Zapatero con Montilla y el PSC. ..
ENTREVISTA A BLANCO EN PÚBLICO.- A José Blanco le molesta profundamente el debate sobre su supuesto ascenso dentro del Gobierno. Insiste en que lo único importante es hablar de "las medidas para anticipar la salida de la crisis". Pero su inclusión en la comisión anticrisis creada esta semana por el presidente Zapatero ha sido interpretada de forma unánime a derecha e izquierda: Blanco es el hombre político del momento.
¿José Blanco es el futuro, como afirma el ministro Corbacho?
José Blanco es el presente y tiene sus aspiraciones colmadas.
¿Pero no negará que es usted un valor en alza dentro del Gobierno?
"Los nacionalistas están demostrando tener más sentido de Estado que el Partido Popular"
Yo simplemente trato de hacer las cosas lo mejor que puedo, aplicar el sentido común y buscar la eficiencia en el ministerio.
¿Su proyección obedece a los agujeros que dejan otros?
Desde que he asumido responsabilidades políticas en el ámbito nacional, he pasado por diferentes momentos. Los que antes me denostaban ahora tratan de elevarme a los altares. Lo importante es tener los pies en la tierra y no perder nunca la perspectiva.
"Sé que De la Vega no está molesta por su ausencia en la comisión"
Vayamos a la comisión anticrisis anunciada por Zapatero en el Congreso. ¿Qué está dispuesto a pactar realmente el Gobierno?
Hay que introducir racionalidad en el debate económico y dejar atrás la bronca política. Este es el mandato que tenemos de los ciudadanos, que desean respuestas para crear empleo cuanto antes. Si somos capaces de generar entre todos un marco de confianza, y además esto va acompañado de reformas que es necesario acometer desde un amplio consenso, estaremos respondiendo a ese objetivo. Los ciudadanos además exigen un acuerdo y el PP, ante esta exigencia de los ciudadanos, debe decidir si actúa como motor o como freno de la recuperación económica.
El PP ha anunciado que irá a la comisión, aunque Rajoy asegura que será una "pérdida de tiempo" y que se trata de una coartada del Gobierno.
"Probablemente, tendríamos que haber realizado antes un planteamiento de pacto"
Defender el interés general y trabajar juntos para anticipar la salida de la crisis no es una pérdida de tiempo.
¿Pero realmente cree que existe alguna posibilidad de pacto con el Partido Popular?
Nosotros hemos ofrecido negociar sin condiciones previas, porque la única condición es el interés general para salir de la crisis. Estoy seguro de que cuando el PP vea que todos los grupos nos hemos puesto a construir, va a enterrar el hacha de guerra y se va a incorporar al trabajo. Y si no entierra el hacha de guerra, tendrá que dar muchísimas explicaciones a los ciudadanos.
"Zapatero ya ha dicho que en un primer momento no reconoció la intensidad de la crisis"
El PP se encuentra entonces ante una especie de encerrona.
El PP ha hecho de la crisis su banderín de enganche para llegar a La Moncloa. La mayoría de la sociedad quiere que la crisis acabe cuanto antes y el PP transmite la impresión de que desea que la crisis continúe hasta 2012. Esto cada día es más evidente y en el debate del Congreso ha quedado claramente expuesto: Rajoy ha impuesto condiciones, algunas de ellas que pondrían en riesgo la credibilidad de España si se aplicaran, porque sabe que con condiciones previas es muy difícil poder acordar.
¿Se refiere a las propuestas de bajadas de impuestos?
"No soy partidario de ampliar el periodo de cómputo para calcular las pensiones"
Claro. Hay un cuadro de estabilidad y es fundamental preservar el objetivo de reducir el déficit. Además, España tiene la fiscalidad más baja en relación con su PIB de la Unión Europea. Si España iniciara una carrera alocada de ajuste de sus impuestos a la baja, habría que renunciar al objetivo de déficit o recortar recursos a la protección social, a los parados, a los pensionistas, a los becarios. Eso crearía una fractura social de consecuencias irreparables.
¿Qué le parece que el PP haya presentado en el Congreso otra iniciativa que alienta las dudas sobre la solvencia de España?
Cuando el PP cuestiona la solvencia de nuestro país no ataca al Gobierno, está cuestionando el futuro y el bienestar de los españoles.
"Algunos quieren ser un país de primera y tener los impuestos de un país latinoamericano"
Si el PP no pacta y con las elecciones catalanas en puertas, ¿cree que CiU aceptará retratarse con el Gobierno?
Los grupos nacionalistas están demostrando tener más sentido de Estado que el PP. Los que invocan permanentemente el patriotismo, cuando llega la hora de la verdad, anteponen su interés al interés de España.
¿Un acuerdo ahora con CiU podría ser un primer paso para firmar un pacto de Gobierno con los nacionalistas catalanes?
"Los que antes me denostaban ahora tratan de elevarme a los altares"
No. Ahora mismo lo único que nos preocupa es racionalizar el debate económico y firmar acuerdos lo más amplios posibles en temas fundamentales: mejorar la competitividad de la economía española, impulsar la renovación de nuestro modelo productivo, cumplir con el objetivo de consolidación fiscal, facilitar el acceso al crédito de las empresas. Estos mismos objetivos los viene reiterando CiU en sus reivindicaciones. Por tanto, se trata de plasmar objetivos compartidos y remar todos en la misma dirección. Pero no se hace ni por cálculo electoral ni para buscar una mayor estabilidad política.
¿No resulta extraño que en la comisión anticrisis no esté la vicepresidenta De la Vega?
La crisis es económica y la vicepresidenta que tiene la responsabilidad en este área es la vicepresidenta segunda. No hay que buscarle tres pies al gato porque no los tiene.
"El candidato de Madrid se decidirá después del verano, que es cuando toca"
¿Y no cree que De la Vega podría estar molesta por su ausencia?
Sé que no lo está. Quienes desde el PP están alimentando esa idea tienen mucho camino que recorrer para llegar a la altura de Teresa.
La primera semana de febrero fue, probablemente, la peor vivida por Zapatero desde que es presidente. En las propias filas socialistas se escucharon tres críticas sobre el Gobierno: que la coordinación es mejorable, que falla la política de comunicación y que nadie actúa como escudo protector de Zapatero, de forma que el presidente se lleva todos los golpes. ¿Qué parte de razón hay en esas tres críticas?
"El gesto de Aznar es el mejor resumen de una manera de entender y de hacer política"
España y el resto del mundo están afrontando la crisis económica más dura de los últimos 80 años. Ello genera zozobra e inquietud en la sociedad y, por tanto, también en el PSOE. Pero la respuesta que se ha venido dando desde el Gobierno de España es análoga a la que se ha dado desde otros gobiernos: fomentar los estímulos económicos, tratar de garantizar la mayor protección social y buscar una acción de respuesta conjunta a una crisis que es global. Lo que falta muchas veces en los análisis es una perspectiva de más amplitud para saber que el problema no es dar una rueda de prensa más o explicar mejor una decisión, el problema es de fondo. Y luego siempre puede haber matices que ayuden a entender mejor las cosas, pero esto es la anécdota.
Las formas pueden incrementar problemas de fondo. Por ejemplo, si se envía a Bruselas un plan sobre la reforma de las pensiones y se retira a las pocas horas.
Ese es un ejemplo de cómo una anécdota se convierte en categoría. Lo importante es que el Gobierno había realizado un planteamiento de estabilidad presupuestaria y al final lo que quedó es la anécdota. En el debate político nacional hay, lamentablemente, demasiadas anécdotas y bien pocos análisis de fondo.
¿No cree que Zapatero debería haber pedido perdón a los españoles por negar durante mucho tiempo la crisis?
Después de un crecimiento económico como el que tuvimos entre 2004 y 2008, entiendo que es difícil de asimilar la entrada en una crisis tan profunda y en tan poco tiempo. Cuando empezaron los primeros síntomas, se podía pensar que eran livianos. No esperábamos que el viento se iba a convertir en un huracán. Al final, el crash financiero agravó la crisis y arrastró a toda la economía internacional. Zapatero ya ha dicho que en un primer momento no reconoció la intensidad de la crisis, pero es que nadie en el mundo había previsto un impacto como el que tuvimos.
¿Y no cree que ha calado en la ciudadanía el mensaje de que el Gobierno oculta la verdad, como insiste el PP?
Es verdad que eso ha sucedido así y que ha deteriorado la credibilidad de nuestras actuaciones. Pero la verdad tendrá que aflorar algún día. La singularidad de la crisis en España está motivada por un modelo especulativo en el sector inmobiliario que tuvo su impulso, su apogeo y su máximo desarrollo cuando gobernaba el PP. Si de la economía española se descontara el comportamiento del sector inmobiliario, ahora estaríamos moviéndonos en parámetros idénticos a los de la Unión Europea.
¿El Gobierno está dispuesto a extender el contrato de 33 días de indemnización a los hombres de entre 30 y 45 años?
El Gobierno ha planteado unas reflexiones sobre la reforma del mercado laboral y no quiere condicionar, definiéndose sobre un tipo de contrato, lo que tiene que ser el resultado del trabajo entre la patronal y los sindicatos.
Pero Zapatero asegura que en España no se abaratará el despido. ¿Extender el contrato con 33 días de indemnización no es acaso abaratar el despido?
No voy a especular sobre lo que puede pasar. Vamos a esforzarnos para alcanzar un acuerdo, que en sí mismo sería un elemento dinamizador para la creación de empleo.
¿Pero mantiene el Gobierno que no se abaratará el despido?
Las reformas que necesita España no son las de abaratar el despido o flexibilizar las condiciones del mismo. Al contrario, necesitamos apostar por la estabilidad en el empleo.
¿Defiende ampliar a 67 años la edad de jubilación?
Defiendo mejorar nuestro sistema de pensiones, para que los 3,2 millones de personas que cobran pensiones mínimas vean mejoradas su protección. Para mejorar nuestras pensiones y garantizarlas en el futuro, algunas cosas tendremos que hacer. Tendremos que abordar la ampliación real de la edad de jubilación, ya que la media ahora está en 63 años, no en 65. Y tendremos que acabar con el abuso de prejubilaciones. Yo mismo he tomado una decisión para que los controladores aéreos no puedan irse a su casa a los 52 años cobrando íntegramente su sueldo con una licencia especial retributiva. En definitiva, tendremos que buscar fórmulas que nos permitan garantizar la solvencia y mejorar nuestro sistema público de pensiones.
Ha señalado varios aspectos que sin duda mejorarían la solvencia del sistema de pensiones, pero no ha aclarado si defiende aplazar a los 67 años la edad de jubilación.
Le he puesto un ejemplo para que se entendiera bien: ahora la edad legal de jubilación está en 65 años y la edad real se sitúa en 63. Si se amplía la edad de jubilación, probablemente lo que logremos sea acercar la edad real a la legal de este momento.
¿Es partidario de ampliar el periodo de cómputo para calcular el importe de las pensiones?
No, no creo que el periodo de cómputo se deba ampliar.
¿Sigue defendiendo que hay que subir los impuestos a los ricos?
Ya se los hemos subido.
Se los han subido a todo el mundo, a través del incremento del IVA.
Hemos subido la tributación de las Sicav y hemos incrementado impuestos a los futbolistas, por ejemplo, además de hacer un planteamiento general en relación con el IVA en línea con la media de los países de la Unión Europea. Algunos quieren ser un país de primera en servicios públicos y en infraestructuras y tener al mismo tiempo los impuestos de un país latinoamericano. Eso no puede ser. Los servicios cuestan dinero y hay que pagarlos.
Prevé nuevas subidas de impuestos para este año.
No. No sería razonable.
Dígame qué cosas ha hecho mal el Gobierno en el combate contra la crisis.
Probablemente tendríamos que haber realizado antes un planteamiento de pacto, aunque es verdad que primero intentamos parar el golpe con medidas de estímulo como el Plan E y ahora se trata de abordar las reformas estructurales. Y quizá la ciudadanía no nos vio con suficiente determinación a la hora de explicar las políticas que diseñamos para combatir la crisis.
Hablemos del partido. El conseller Ernest Maragall reclama un grupo propio del PSC en Madrid. ¿Estaría el PSOE dispuesto a aceptarlo?
Esa es una música recurrente. Tenemos el mayor respeto por las decisiones que adopte el PSC en el ejercicio de su autonomía, pero creo que la actual forma de cooperación es positiva para ambos.
O sea que es la mejor fórmula.
Es positiva para ambos.
En caso de que diera la suma, ¿defiende usted un Tripartito 3.0 o cree que es un artefacto que provoca fatiga?
Yo lo que deseo es que Montilla siga siendo el presidente de la Generalitat. Y si puede ser con más fuerza del PSC, y gobernando sin depender de nadie, mucho mejor.
Pero admitirá que para el PSOE podría ser mejor un pacto entre PSC y CiU en Catalunya.
El mejor escenario para el PSOE es que gobierne Montilla en solitario.
¿Y el segundo mejor escenario sería un pacto PSC-CiU, por los efectos de estabilidad que podría tener para la política estatal?
Los ciudadanos decidirán con su voto el Gobierno de Catalunya, no el de España. Y no podemos trucar la voluntad para formar gobierno en Catalunya pensando en Madrid. Tenemos aprecio y respeto por CiU, pero son los ciudadanos los que hablan en las urnas.
Usted defiende que Zapatero es el principal activo del PSOE. ¿A qué atribuye el hundimiento de su credibilidad en las encuestas?
A una situación de zozobra que existe en el conjunto del país y de desconfianza hacia la clase política. Lo más significativo en el último CIS era que bajaban tanto PSOE como PP. Hay una desconfianza hacia la política por parte de los ciudadanos y eso explica lo que está ocurriendo.
¿Ese declive de Zapatero es irreversible?
Al revés. Zapatero es el mejor activo del PSOE.
¿Cuántas comunidades perderá el PSOE en 2011?
Espero que gane alguna.
¿Y que no pierda ninguna?
Exactamente.
¿Y cuál cree que puede ganar?
No le voy a dar pistas al adversario.
¿Las declaraciones de José María Barreda no son un síntoma de sálvese quien pueda?
Barreda ha matizado sus declaraciones y todo el Partido Socialista se lo ha agradecido.
¿Andalucía es el mayor problema para el PSOE en este momento a la vista de las últimas encuestas?
No tengo ninguna duda sobre Andalucía. Griñán representa un nuevo tiempo para responder a los nuevos desafíos, y enfrente tiene lo de siempre, a Javier Arenas.
O sea que las encuestas andaluzas son erróneas.
Yo manejo encuestas de Andalucía que son muy positivas. Pero créame, soy un descreído de las encuestas que se hacen fuera del tiempo electoral. Faltan dos años para las elecciones andaluzas.
Usted que tiene fama de pitoniso, ¿cree que Tomás Gómez será el cartel socialista en Madrid?
Eso lo van a decidir los compañeros después del verano, que es cuando toca.
Cuando Gómez afirma que los socialistas madrileños no son "el patio trasero de Ferraz", ¿usted se da por aludido?
No, ciertamente no me doy por aludido.
Pero no me dirá que su relación con Gómez es excelente.
La relación es la misma que mantengo con todos los secretarios generales del partido. Le deseo todo el éxito en su trabajo, deseo que tenga todo el reconocimiento de la sociedad madrileña y deseo que acierte en la formulación de la alternativa. Lleva tres años trabajando en ella y tiene un recorrido hecho. Y cuando llegue su momento, los compañeros tendrán que evaluar.
¿El ministro Rubalcaba sería un buen candidato al Ayuntamiento de Madrid?
No lo veo.
¿Las fusiones de empresas públicas dependientes de Fomento provocarán despidos?
En ningún caso. Van a provocar disminución de cargos directivos, vamos a sumar sinergias y vamos a buscar la eficiencia.
O sea que, si hay despidos, será de cargos directivos.
Despidos no. Los cargos directivos son de libre designación y, de la misma forma que se designan, se pueden sustituir.
Si los controladores llevan cobrando de forma ilegal desde 1999, ¿por qué ha tardado el Gobierno socialista cinco años en frenar esa situación?
Yo respondo de mis decisiones. Había una información reiterada desde la Intervención General del Estado, y lo que hemos decidido ahora respondía a la necesidad de que Navegación Aérea fuera sostenible, de buscar una mayor productividad y de contribuir a dinamizar un sector clave como el turismo con la bajada de las tasas de los aeropuertos.
Pero parece evidente que, con esos informes de los que habla, se podría haber actuado antes.
Insisto: era una decisión complicada. Lo importante es que hemos abordado un problema y ahora se trata de resolverlo definitivamente por medio del diálogo.
¿Qué infraestructuras tendrán retrasos por el Plan de Austeridad?
Intentaré hacer más con menos recursos. Pero, en todo caso, voy a tratar de preservar todo lo relativo al transporte ferroviario en su triple vertiente: alta velocidad, cercanías y mercancías.
¿A usted le parece razonable que Garzón pueda ser apartado de la Audiencia por intentar investigar crímenes del franquismo?
Honestamente, no me parece razonable. Pero es la Justicia quien tiene que tomar su decisión y la respetaremos.
¿Qué opina del gesto de Aznar en la Universidad de Oviedo?
Ese gesto es el mejor resumen de una manera de entender y de hacer política.
CORBACHO HABLA A ÉL PAÍS.- Pocos días de tranquilidad ha tenido Celestino Corbacho desde que llegó al frente del Ministerio de Trabajo. El paro no le ha dado tregua. Esta semana discurría tranquila para él, hasta que el presidente del Gobierno anunció el miércoles una comisión ministerial para negociar un pacto económico con la oposición de la que él ha quedado fuera. De nuevo, aunque fuera por omisión, se convertía en protagonista. Corbacho (Valverde de Leganés, Badajoz, 1949) argumenta que en las conversaciones políticas no se va a hablar ni de la reforma laboral ni de pensiones, que no tiene sentido que él participe en ese diálogo. Dice entre otras cosas, entrevistado en El País: "Trabajo hubiese propuesto retrasar la jubilación en dos tiempos". "Seguramente ha faltado pedagogía para anunciar la propuesta". "A largo plazo no es lógica la pensión de por vida de las viudas". "El día que me sienta desautorizado duraré dos minutos en el Gobierno". "Estamos en la fase final del ajuste de la economía y del desempleo". "Ha habido un debate falso. Una reforma laboral no creará empleo". Desde luego en estos dos ámbitos va a tener que esforzarse. En el primero, para lograr mejores resultados del diálogo social que hasta ahora. En el segundo, para vencer la resistencia que la propuesta del Ejecutivo de retrasar la edad de jubilación ha cosechado. Mañana tiene una prueba de fuego importante: comparece en el Congreso para defender una propuesta que él mismo rechazaba hasta poco antes de que el Ministerio de Economía impusiera su criterio.
-. ¿Le ha convencido ya Salgado de que hay que ampliar la edad de jubilación de 65 a 67 años?
-. No es un problema de que un ministro convenza a otro. El Gobierno ha puesto un debate que es inevitable acometer. Vamos encaminados a un cambio demográfico. De aquí a 25 años, la población jubilada habrá crecido de manera considerable. Una vez que el Gobierno lo decide, no es propuesta de un ministro u otro, sino la propuesta del Gobierno.
-. Pero no era su propuesta. Así lo manifestó en enero.
-. El Ministerio de Trabajo había planteado dos temas. Uno, que la Seguridad Social tiene una magnífica salud, y eso da seguridad a todos, de manera especial a los pensionistas. Dos, que se tenían que hacer cambios en un horizonte de 2030. Debíamos abordar ese tema, pero sin prisas. Las circunstancias precipitan ese debate en el Gobierno. Se ve la necesidad de acelerar esa decisión, que en el Ministerio planteábamos con un recorrido a más largo plazo, porque en el plano internacional se está mirando con preocupación a la Seguridad Social. Eso pesa. España tiene que presentar un plan de estabilidad presupuestaria a principios de febrero, se está jugando el crédito. Seguramente el Ministerio de Trabajo lo hubiese hecho en dos tiempos. Es probable. Lo que no hubiésemos evitado es el debate.
-. ¿Están dispuestos a retirar la propuesta si la contestación social es muy fuerte?
-. No. El Gobierno no va a retirar la propuesta. Es necesario abordar el debate. La propuesta final será la que acuerde el Pacto de Toledo. ¿Con qué espíritu? El de mayor consenso.
-. ¿No tiene miedo a perder el apoyo de los sindicatos?
-. Los sindicatos españoles han dado pruebas sobradas de que son capaces de ser contundentes en el rechazo a la propuesta, pero también están dispuestos a la concertación y el diálogo. Es un signo de normalidad democrática que un Gobierno haga una propuesta y que los sindicatos no estén de acuerdo.
-. ¿Fue idea suya retirar del plan de estabilidad la propuesta de elevar el periodo de cálculo de la pensión?
-. Fue una decisión de la propia vicepresidenta segunda.
-. ¿Incluirlo y retirarlo?
-. Parece que no fue la vicepresidenta quien decidió ponerlo en el informe, es lo que ella manifestó. Y fue ella la que decidió retirarlo. No tengo ningún comentario más que hacer.
-. ¿Y no sería una idea a tener en cuenta para la renovación del Pacto de Toledo?
-. Hay que discutirlo. Pero no debemos partir de una propuesta cerrada. Este tema no puede pasar por alto porque el sistema actual tiene puntos fuertes y puntos débiles. Les pondré un ejemplo de un punto débil. Si una persona se queda parada a los 55 años y está así cuatro o cinco años, su pensión se acerca más a la mínima que a la media. No es justo. Eso hay que corregirlo.
-. Con esa idea, el Ministerio ha dicho que quiere poner coto a las prejubilaciones. ¿Cómo se hace, teniendo en cuenta además que muchas empresas públicas las promueven?
-. En algunos casos, prohibiéndolas. Una empresa que tenga beneficios, si quiere hacer un ajuste de plantilla, que lo haga. Si quiere jubilar a la gente a los 30 años, que los jubile, pero que pague la Seguridad Social hasta los 65. Y que por medio no haya desempleo. Hay que acabar con que una empresa en beneficios llegue a un expediente en el que la mayoría de trabajadores pasan por desempleo, y luego, jubilación a partir de los 61. Y eso se acaba prohibiéndolo. Ahora, para ajustes de plantilla como el de Figueruelas, por ejemplo, parece razonable la figura de la prejubilación y la jubilación anticipada. Me parecerá más lógico resolver el ajuste con gente que tiene 59 años que con quien tiene 29. Aquí hay un problema cultural. Tiene que llegar un momento en que esté mal visto jubilar a la gente a los 54 años, aunque sea una empresa pública.
-. ¿Y ha llegado ese momento?
-. Yo creo que sí. ¿Se imagina ahora una empresa en beneficios que se atreviera a hacer un expediente diciendo que va a ajustar la plantilla y va a prejubilar a la gente a los 47 años?
-. No hace mucho, Telefónica y los bancos.
-. Claro que lo han hecho. Ya ese expediente de Telefónica se tuvo que cambiar por declaraciones de este ministro. Pero el siguiente paso no es que se cambien las cosas, es que se prohíban.
-. ¿Eso es lo que quiere hacer?
-. Es lo que hay que discutir. Y lo que yo opino. ¿Qué saldrá al final? Lo que decida el Pacto de Toledo. Pero las jubilaciones anticipadas y las prejubilaciones hay que acotarlas. Y en los casos de empresas en beneficios, hay que prohibirlas directamente. Me refiero a prohibirlas. Por dos cosas, por economía y por cultura. No puedes estar diciéndole a la sociedad que se tendrá que jubilar más tarde y, paralelamente, eso.
-. El Gobierno puede hacerlo, independientemente del Pacto de Toledo.
-. Sí, pero si estamos hablando de recomendaciones del Pacto de Toledo, parece razonable que el Pacto se pronuncie sobre estas materias, que se debatan.
-. ¿Entenderán los ciudadanos que cuando la Seguridad Social todavía tiene superávit haya que alargar dos años la edad de jubilación?
-. Si hacemos el debate en clave económica, no lo entenderá nadie. ¿Cómo decir a la gente que se tiene que jubilar más tarde cuando tenemos un paro juvenil del 40%? El debate es demográfico. ¿Cómo va a evolucionar la población en los próximos 20 años? Y, por tanto, ¿cuál va a ser la población en 2030? Se va a producir un envejecimiento importante. Y entonces la esperanza de vida va a estar más cerca de los 90 años que de los 80. Habrá 4,5 millones más de jubilados y probablemente una población activa que no habrá crecido a ese ritmo. Habrá un desfase demográfico entre la población que está cotizando y la que no.
-. ¿Y no cree que al Gobierno le ha faltado un poco de pedagogía al anunciar la medida?
-. Seguramente. La contestación que ha tenido, porque nadie la esperaba, ha sido contundente. La pedagogía habrá que hacerla. Debemos de serenar el debate. No hemos de tener prisa, no nos acucia el tiempo, tenemos buena salud en las pensiones. Hemos tenido superávit.
-. ¿Piensan introducir cambios profundos en las pensiones de viudedad?
-. Parece razonable que se reflexione sobre el concepto de viudedad, pensado en el papel que tenía históricamente la mujer. Tenemos que ser cuidadosos. Si se va al rol de mujer de más de 45 años, todavía hay muchas sin haber cotizado. Pero a largo plazo no es lógica esa pensión vitalicia y un poco asistencial. No se trata de ahorrar dinero ni de poner en cuestión las rentas de las personas que tienen ahora una pensión de viudedad.
-. ¿Se podría ligar la prestación a la renta del beneficiario?
-. Sí. Eso habrá que hablarlo. Parece lógico que la condición y rentas se tuvieran en cuenta. Pero es un tema muy de futuro, porque todavía hoy, por desgracia, el grueso de las viudas viene de personas cuyo papel fue el de ama de casa. Pero eso no se va a mantener muchos años. Son cosas que hay que cambiar.
-. El anuncio de la reforma de las pensiones correspondió a Salgado; el de la reforma laboral, a Zapatero, y esta semana se ha quedado fuera de la comisión que va a negociar el pacto económico con la oposición. ¿Se siente desautorizado en estos tres asuntos que le tocan tan de cerca?
-. En absoluto. El día que me sintiera así duraría en este Ministerio dos minutos. El presidente del Gobierno salió conmigo [a explicar la reforma laboral] porque así lo convinimos. Aquella semana fue horrenda, con intranquilidad en los mercados y en la opinión pública, y parece razonable que el primero que tiene que transmitir serenidad en ese contexto es quien tiene la máxima responsabilidad, el presidente del Gobierno. ¿Por qué yo no asistí a la reunión anterior? Porque estaba en Barcelona presidiendo el Consejo de Ministros europeo. Si no, hubiese dado yo la rueda de prensa. En cuanto a la comisión creada esta semana, les aseguro que no es el espacio adecuado para temas laborales, que se debaten en el diálogo social, ni para debatir el futuro de las pensiones, del que se habla en el Pacto de Toledo.
-. En la reforma laboral, el Gobierno plantea ampliar el contrato con despido de 33 días. Teniendo en cuenta que el único colectivo excluido de ese contrato es el de hombres entre 31 y 44 años, eso implica generalizarlo.
-. Debemos discutirlo en el diálogo social. Hay que trabajar para que la temporalidad ceda en beneficio del contrato fijo. Y parece razonable discutir sobre el contrato de fomento [el de 33 días] y la temporalidad.
-. El documento plantea limitar las causas del despido y facilitarlo por causas económicas. ¿Cómo va a conjugar eso?
-. En España hay un debate sobre el tema del coste del despido. Pero es curioso que cuando el despido puede ser por causas objetivas [con una indemnización de 20 días por año trabajado], el 77% se produce a través del despido improcedente de 45 días previo depósito en el juzgado. ¿Qué dice el documento? Que se discuta si la normativa del despido por causas objetivas es mejorable o no.
-. Pero ¿no hay una propuesta concreta del Ministerio?
-. La clara voluntad de discutirlo y llegar a un acuerdo.
-. ¿Cuánto pretende ahorrar el Ministerio con la reordenación de las bonificaciones?
-. Nada. Se pretende racionalizar. Las hemos universalizado y han perdido interés. Las bonificaciones no acotadas en el tiempo y para un colectivo concreto no sirven para el objeto que buscan, animar la contratación. Estamos tirando el dinero. La idea es abandonar este modelo para ir hacia uno con límite temporal y de colectivos.
-. ¿Y eso no implica menos dinero?
-. No. Significa concentrar los recursos en un colectivo. Mi opinión es que hay dos colectivos para los que las bonificaciones tienen que mantenerse: mujeres por violencia de género y discapacitados. Pero el colectivo con el que hay que hacer el máximo esfuerzo es el de los jóvenes. Durante tres años, no más. Ahora hemos iniciado un proceso de diálogo y los agentes sociales tendrán que decir si están de acuerdo.
-. Pero eso algo ahorra.
-. No está previsto así. Pero dentro de tres años al ministro de Trabajo -que no voy a ser yo, seguro- habrá que preguntarle qué va a hacer cuando se acabe ese tiempo.
-. ¿Se podrá hablar de una rebaja de cotizaciones sociales, aunque sea temporal?
-. En la mesa se podrá hablar de todo lo que esté en los epígrafes enumerados [en el documento]. Pero dentro de ellos tiene que ser una discusión abierta. No sé si alguno de los participantes lo pondrá sobre la mesa. Pero si hablamos de que hay que ampliar la edad de jubilación, parece complicado que esa medida se pueda tomar en consideración sin más.
-. ¿Pretende compensar con un acuerdo laboral, aunque sea tibio, el desgaste sufrido con las pensiones?
-. A la larga, se reconocerá que el Gobierno no erró en introducir este debate. Podemos aparcarlo, aunque no lo vamos a poder evitar.
-. Sin embargo, en la reforma laboral sí que ha habido una actitud distinta del Gobierno, una propuesta más abierta.
-. Sí, veníamos de un proceso. Tiene un gran valor poder reanudar el diálogo social. Los ciudadanos valoran que en la medida de lo posible acordemos cosas. Y el Gobierno ha hecho un papel pensando en que era necesario sentarse para discutir. Ese papel tenía ese objetivo, y creo que lo ha conseguido.
-. ¿Cuántos parados más generará el mercado laboral antes de que haya un acuerdo?
-. Estamos en una fase final del ajuste de la economía y, por tanto, en el final de ese ajuste del desempleo. En el segundo semestre del año las cosas empezarán a cambiar.
-. Pero ¿cuándo vamos a ver creación de empleo?
-. En el segundo semestre de este año se habrá producido el ajuste final del desempleo. La economía empezará a crecer entonces, pero eso no significa que haya una creación de empleo potente.
-. ¿Por qué ha tardado tanto el Gobierno en admitir que hacía falta un cambio laboral para salir de esta situación?
-. Ha habido un debate falso en España. Una reforma del mercado laboral no creará empleo.
-. Y entonces ¿para qué se hace?
-. Es necesaria. De la crisis no saldremos hasta que la gente tenga confianza y haya crédito. El debate lo hemos hecho al revés. Se necesita confianza y crédito, pero hemos convenido que cuando salgamos, el modelo económico tiene que ser diferente. La reforma se hace porque es necesario adaptar el mercado laboral a un nuevo tiempo en el que las cosas serán necesariamente distintas. -

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