EL PP SEGURO DE GANAR, EL PSOE.- Con la calificación de “tsunami” publica este domingo el diario El Mundo los datos de una encuesta efectuada esta misma semana, según la cual, Rajoy ganaría hoy unas elecciones generales con una mayoría absoluta superior a la de Aznar: lograría un 45,6 por 100 de los voto, frente al 35,1 por 100 del PSOE. O como dice el mismo diario, el vuelco electoral recorre España. Si hoy se abrieran las urnas, el resultado depararía una victoria abrumadora del PP, por mayoría absoluta, según la encuesta de Sigma-Dos para El Mundo. Esos 8,8 puntos que se ha dejado el PSOE en el camino son el resultado de sumar los que ganan otras tres formaciones -PP, IU y UPyD-. Desde los comicios de 2008 a la actualidad, IU logra ganar 1,3 puntos. A su vez, nos cuenta El País que casi todo lo que hace Mariano Rajoy en los últimos meses tiene un origen: la noche electoral de 2008. El líder del PP aún confiesa en alguna ocasión que, con el resultado que él obtuvo (10,2 millones de votos), le parece difícil de entender la derrota. En los siguientes días, después de decidir que seguía, Rajoy tomó una determinación clara. Si quería ganar, tenía que lograr dos cosas. Acabar con la buena imagen de José Luis Rodríguez Zapatero -en el entorno marianista siempre han temido su capacidad para conectar con jóvenes y mujeres- y desmovilizar a la izquierda que votó al PSOE "solo para que no gobernara el PP", en palabras del líder.
OBJETIVOS LOGRADOS.-Pues bien, por primera vez en los casi seis años que lleva Rajoy como líder de la oposición, en el PP se ha instalado la convicción absoluta de que ha logrado los dos objetivos. La victoria, sean cuando sean las elecciones, es ya inexorable, señalan uno tras otro los dirigentes consultados. Lo más importante en la estrategia de Rajoy era la destrucción de la imagen de Zapatero. "Las elecciones no las gana la oposición, las pierde el Gobierno", es el estribillo que repite el marianismo, inspirado en esta como en otras muchas cuestiones por Pedro Arriola, su gurú. Los populares, que hasta hace unos meses señalaban en privado "ojo con Zapatero, que es mucho Zapatero", ahora han cambiado el discurso. Están convencidos de que la crisis económica irá a peor, que Zapatero tendrá que tomar más medidas dolorosas, y que los sindicatos se enfrentarán a él, por lo que tiene la calle perdida. "Es muy difícil para ellos remontar la tormenta, esta marea es de fondo", sentencia un marianista. "Nosotros hemos vivido esto en el Gobierno, después de la guerra de Irak. Cuando te empiezas a hundir, es casi imposible salir a flote", analiza otro. La otra parte de la estrategia, la de no dar miedo para no movilizar a la izquierda, también está funcionando, aseguran. Eso es lo que explica la ausencia de propuestas arriesgadas de Rajoy, y su empeño en presentar al PP como el "partido de los trabajadores" que "defiende a los más débiles".
LA OPOSICIÓN NO DEBE ARRIESGAR.- En maitines, la restringida cúpula del partido, que se reúne todos los lunes, Rajoy analizó con escándalo hace unas semanas la situación de la política inglesa. David Cameron, que iba camino de una victoria arrolladora, cayó en las encuestas después de haber anunciado polémicas medidas de recorte del Estado de bienestar. "Eso demuestra que la oposición no debe arriesgar", sentencia otro miembro de la dirección del PP. Rajoy está muy cómodo con el perfil bajo en cuanto a iniciativas polémicas. "La gente ya no nos ve como un obstáculo. Ni Cospedal ni Sáenz de Santamaría, y si me apuras ni Mariano, generan en la izquierda la pasión que despertaban Acebes o Zaplana. La estrategia de no provocar a la izquierda funciona", concluye un dirigente. El PP no juega de momento con la hipótesis de las elecciones anticipadas, porque cree que Zapatero aguantará como sea. De hecho, Rajoy ni las pide. Prefiere reclamar al PSOE que cambie a Zapatero, una línea, de nuevo, destructiva con la imagen del hombre que le ha ganado dos veces en las urnas. Pero sí juega a forzar la máquina de la presión contra Zapatero. Solo eso, y la voluntad de conectar con la calle, explica que, pese a las presiones de banqueros y empresarios, y al riesgo de ofrecer una imagen de líder sin altura de hombre de Estado, Rajoy decidiera votar contra el decreto de recortes impulsado por las presiones de la UE. El líder del PP ha optado claramente por la línea populista, la que, según sus encuestas, más conecta con un enfado creciente en la calle contra los políticos. Por eso ha decidido utilizar el asunto de las pensiones para hacer campaña por toda España. Y por eso habla de recortar la financiación de los partidos, abaratar las campañas o reducir ministerios.
LA CRISIS, TODAVÍA.- "La crisis, ese enemigo silencioso, hará que el Gobierno se cueza en su propia salsa. Ha cundido la sensación de que ganamos, aunque nadie sabe cómo va a funcionar un país cuando se pasa de crisis económica a crisis social. Esto se va a poner muy feo, la cosa se va a crispar mucho", resume un dirigente. Los tres próximos meses serán decisivos para poner las bases de la economía española de las próximas décadas". Es la opinión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, según fuentes de su entorno, al referirse a las reformas estructurales en que ya está volcado: la del mercado laboral, la de las cajas y la de las pensiones. En estos tres próximos meses no sólo se juega el futuro de la economía española. También el del propio Zapatero y su Gobierno si no logra llevar a buen puerto el calendario de reformas, exigido por la Unión Europea, que, en su primera etapa, culmina con el inicio de la negociación presupuestaria en septiembre.
Y entre tanto, dice otro trabajo periodístico de El País, Zapatero ha asumido la necesidad de afrontar con urgencia las "singularidades negativas" de la economía española, la de un mercado laboral que cae exponencialmente en tiempo de crisis; la de un entramado financiero desmesurado y la de una edad de jubilación real por debajo de la oficial, de 65 años. Estas reformas y los Presupuestos están jalonadas por una carrera de obstáculos para Zapatero por el malestar por el recorte social aprobado el jueves, la ausencia de apoyos políticos estables y la decisión del líder del PP de dar por acabada la era Zapatero.
LA HUELGA DE SINDICATOS.-Su primera prueba será afrontar el reto de los sindicatos que ya han convocado una huelga de los empleados públicos para el 8 de junio y que no descartan una huelga general si impone por decreto la reforma laboral, en los próximos días, algo muy probable ante la dificultad de que empresarios y sindicatos la pacten. El pulso con los sindicatos daña a Zapatero porque había hecho gala de atravesar la crisis sin recortes sociales y sin conflictividad social y eso será, ya lo es, utilizado por Rajoy. La estrategia de Zapatero, si tiene que intervenir por decreto, es paliar daños con los sindicatos, tratar de mantener el diálogo y pactar los desacuerdos. "No es lo mismo pactar los desacuerdos y que convoquen una huelguilla a que hagan un huelgón, como el que le hicieron a Felipe González en diciembre de 1988", señala un colaborador de Zapatero. El presidente y su Gobierno cuentan con que los sindicatos sean comprensivos con la situación límite en que se encuentran y que reconozcan el esfuerzo social del Ejecutivo en los años de bonanza. Zapatero lo recordó el domingo pasado en Elche al señalar que el gasto social ha subido un 50% en seis años y el recorte sólo supondrá el 1,5%.
LAS OTRAS REFORMAS PENDIENTES.- La reforma del sector financiero y la Ley de Cajas, que se aprueban en las próximas semanas, no van a presentar problemas porque están pactadas por Zapatero y Rajoy. Otra cosa es la reforma del mercado laboral, si se zanja por la vía del decreto; la de las pensiones, que se tramita en el Congreso, y la Ley de Economía Sostenible, que supone un impulso a la productividad de la economía española. En estas reformas, claves para que España salga del agujero, es donde más se echa en falta la estabilidad política de Zapatero y donde más chirría el papel de Rajoy, que ha decidido aprovechar la grave situación de la economía para tratar de echar al presidente del Gobierno, como mostró el jueves votando en contra del recorte de gasto social. Ayer, el comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, criticó a Rajoy por anteponer sus intereses electorales a los del país. Zapatero confía, según su entorno, en que los partidos nacionalistas moderados vuelvan a hacer gala de sentido de Estado ante unas reformas que son exigencias europeas y que no son tan duras como el decreto del recorte social. El debate sobre el estado de la nación, mediado julio, servirá a Zapatero para pulsar el impacto político de las reformas.
LOS PRESUPUESTOS DE 2011.- El siguiente reto para Zapatero son los Presupuestos, en septiembre. La inmediatez de las elecciones catalanas impide el voto de CiU y las medidas contra la crisis, el de la izquierda. Sólo le quedan Coalición Canaria y el PNV. Este partido, que votó en contra del recorte de gasto social, ha dicho que su voto del jueves no condiciona el de los Presupuestos. Pero el Gobierno teme que las exigencias del PNV serán difíciles y tendrán que ver con medidas que repercutan negativamente en el Gobierno de Patxi López al que los peneuvistas hacen oposición en Euskadi. Con este calendario por delante, Zapatero no se plantea, de aquí a después del verano, ningún adelanto electoral ni cuestión de confianza ni siquiera un cambio de Gobierno. "Es la hora de las reformas contra la crisis. No estoy en la reflexión electoral", dice Zapatero, según fuentes de su entorno.
RECLAMAN UN CAMBIO.- En la misma necesidad de un cambio de actitud se inscribe el reportaje de Público, que nos cuenta que dirigentes del PSOE piden un gesto de autoridad a Zapatero, y sostiene que la opción de una remodelación ministerial vuelve a cobrar fuerza. Según estas fuentes, varios ministros discrepan en la selección de las cargas del ajuste, y las críticas se concentran en los que llama “talibanes de salgado”: el partido juzga que Ocaña y Campa no tienen sensibilidad social… También asegura que el cerrojazo del endeudamiento de los ayuntamientos soliviantó al PSOE. Y revela que los ministros aprobaron el tijeretazo sin tenerle texto del decreto.
LA OTRA ENCUESTA DEL DÍA.- Junto con el que El Mundo llama “tsunami” electoral, su encuesta según la cual el PP ganaría hoy las elecciones con un 45,6 por 100 de votos, frente al 35,1 por 100 del PSOE, hay en los diarios de este domingo una segunda encuesta que tampoco habrá resultado agradable de conocer a los socialistas que gobiernan el municipio de Barcelona., Y es que, según los datos que proporciona el diario La Vanguardia, “Trías arrolla a Hereu”, o lo que es lo mismo, CiU obtendría hoy una clara ventaja de seis ediles sobre un tambaleante PSC, que sufre un claro retroceso. Añade la encuesta que el PP tiene la llave para que los nacionalistas logren la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Barcelona. Aunque los nacionalistas distancian a su máximo rival en 15 puntos, aún así necesitarían al PP: los seis ediles del PP serían claves para formar lanuela mayoría de centroderecha. Analizan los datos de la encuesta que en sólo seis meses, la diferencia a favor de CiUse ha ampliado en más de trece puntos. Dice el mismo sondeo que el 75 por 100 de los barceloneses quiere un cambio, aunque sólo el 48 por 100 de los barceloneses califica de mala o muy mala la actuación de Jordi Hereu, frente al 35 por 100 que la considera buena o muy buena. También puede sorprender que la fòrmula de gobierno municipal preferida por los barceloneses es la resultante de un pacto entre PSC y CiU. Sólo los votantes de CiU se inclina, aunque por muy poco, por un eventual pacto con ERC… Y referidos a nombres propios, Trías rebasa el aprobado, el único, seguido de Portabella y, sólo en tercer lugar, de Hereu
ELECCIONES AUTONÓMICAS Y GENERALES JUNTAS.- En realidad, el diario barcelonés publica los resultados de dos sondeos, aunque en su portada destaque sobre todo, los resultados municipales. Pero también habla de la hipótesis de simultanear elecciones autonómicas catalanas –previstas para el otoño próximo- con las generales, en principio a desarrollar medio año más tarde, en marzo de 2012. Se pregunta este trabajo qué ocurriría si las generales y las autonómicas catalanas se desarrollasen el mismo día. Dice el autor del reportaje que no se trata de ninguna fantasía, aunque nadie ha especulado, hasta el momento, con esta hipótesis de trabajo, y cada cual aspira a agotar sus respectivos mandatos de cuatro años completos. Pero recuerda que el PSOE ha venido practicando en Andalucía esa celebración simultánea de autonómicas y generales, con buenos resultados. ¿Qué sucedería en Cataluña, en esa eventual celebración conjunta de comicios? La principal conclusión es que CiU seguiría siendo la primera fuerza, aunque con una corta ventaja sobre el PSC, y con dificultades para armas una mayoría alternativa al tripartito.
Dicho de otro modo, el electorado barcelonés y catalán pueden volver a deparar sorpresas, en las municipales como en las autonómicas, y parece lejos de poderse asegurar que la ventaja de los convergentes les conducirá, finalmente, al poder: siguen pendientes de los pactos que podrían producirse en los días o semanas siguientes a unos u otros comicios…
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