FRACASO Y DERROTA, LOS TÉRMINOS MÁS HABITUALES.- Es fácil el repaso de los grandes titulares e los diarios en el día después de la huelga: La mayor parte de ellos son coincidentes en los términos de mayores dimensiones empleados.: Estrepitoso fracaso de la huelga, Fracaso general, Fracaso de la huelga borroka, Derrota sindical, Zapatero mantendrá la reforma laboral tras una huelga de impacto moderado, Huelga no general, Más sindical que general, La huelga cerró industrias, pero no la Administración ni el comercio, Y ahora, más reformas,...
Definitivamente, la cosecha que este jueves recogen los sindicatos y sus dirigentes no parecen tener nada que ver con los mítines de cierre de jornada, cuando Méndez y Toxo alardeaban de un éxito descomunal, de una jornada histórica que debiera tener efectos inmediatos en la reconsideración y la rectificación de la política económica del Gobierno. Siempre fue la obsesión sindical, y no parece que vayan a ir las cosas por ahí. Por lo menos, la interpretación general de los hechos no acompaña a esas voces sindicalistas. No es probable que se modifiquen esos planteamientos que molestan a los sindicatos, y lo más probable, por el contrario, es que empiece a modificarse la consideración general y global que merecen los sindicatos y sus dirigentes, erigidos, no se sabe por qué arte misterioso, en elementos imprescindibles y dignos de todo aprecio y consideración. Desde el momento en que decidieron la convocatoria de la huelga han estado “en su nube”, perfectamente convencidos de la posesión absoluta de su verdad y de sus recetas y en disposición permanente para desautorizar y desacreditar a sus competidores, particularmente el gobierno, su presidente y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a quien también elevad¡ron al primer nivel de enemigos a derrotar. Desde ese primer momento, Méndez y Toxo -parece, sobre todo, que el segundo, constituido en “cerebro” pensante de la estrategia sindical-, entendieron que debían vengar su propia incompetencia, de verse incapaces de pactar con la patronal una reforma laboral digna y aceptable, después de año y medio de negativas a acometer esa tarea o de intentos frustrados. Méndez y Toxo han elaborado sus propias rutas y vías para terminar de sacar al país de la crisis, contrariando en todo las vías y rutas del Gobierno y de las instituciones europeas. Ahora han podido comprobar que disponen de muy escaso crédito y que sus imaginarias soluciones no sirven y son perfectamente despreciadas por la población. ¿Sabrán admitir su error? No parece probable, por más que lean los periódicos de este jueves, o escuchen las tertulias coincidentes en que se les critica con la misma severidad que ellos lo han hecho con el Gobierno. Paradójicamente, resulta que quien ahora se ofrece a echarles una mano para volver a alguna clase de diálogo es ese gobierno al que han despreciado y del que han exigido la rectificación general e inmediata, salvo suicidio político de Rodríguez Zapatero. A Méndez y Toxo se les habían subido sus propios humos, y ahora precisarán algunas jornadas de reflexión para asimilar y encajar esos términos que no esperaban: derrota sindical, estrepitoso fracaso...
NORMALIDAD Y SERVICIOS MÍNIMOS.- Con puntualidad, Celestino Corbacho, ministro de Trabajo, comparecía a las ocho de la mañana para dar cuenta de las ocho primeras horas de la jornada de huelga general convocada por las centrales sindicales, y recordó, sobre todo, y repetidamente, los dos derecho de los ciudadanos, en esta fecha: el derecho a hacer huelga y derecho a trabajar, según cada cual. Reiteró las líneas generales de la actitud del Gobierno: neutralidad entre ambos derechos sin entrar ni siquiera a discutir los datos que pudiera ofrecer cada parte. Ha resultado evidente, en particular en los últimos días, esa voluntad del gobierno de permanecer al margen de cualquier confrontación, incluso de rebatir las ideas insistentes que repiten los dirigentes sindicales. Méndez y Toxo, y sus segundos y terceros en las dos centrales mayoritarias, han reiterado que la huelga sólo tiene un propósito: Que el Gobierno rectifique su política económica. Pero, siquiera de momento, no parece que exista el menor propósito de proceder en el sentido que establecen los dirigentes sindicales, convencidos de “su verdad” inalterable y hasta indiscutible. Da la impresión, incluso, de que el Gobierno está feliz con la convocatoria y desarrollo de la huelga , porque de algún modo nos asimila a lo sucedido en otros cuantos países de la Unión Europea -Grecia, Francia- en los que también muchos trabajadores han salido a la calle para manifestar su discrepancia con la política restrictiva en gastos a la que se ve forzado el Gobierno, incluso rectificando políticas anteriores. De algún modo, y por causa de las excelentes relaciones de gobierno y líderes sindicales, durante los últimos seis años, daba la impresión de que todo eran “mieles y caricias” entre el Gobierno y la población, sobre todo sus representantes sindicales. Uno y otros, finalmente, se han situado en su lugar: el gobierno restringiendo, reduciendo, recortando, y las centrales con su programa de exigencias sociales y de inversiones del Estado para la consecución de nuevos puestos de empleo que sustituyan a los casi cinco millones de empleos perdidos. En esta huelga general, cada una de las partes se ha mostrado feliz y hasta eufórica, por hacer conseguido sus propósitos. El de los sindicalistas, porque han parado y paralizado en buena medida el país. El del gobierno, porque todo -casi no importa qué- ha sucedido con normalidad. Lo que tenía que suceder, ha sucedido sin mayores tensiones de las previsibles... Y que cada cual haga su propio relato de los hechos y las pertinentes, o impertinentes conclusiones y reflexiones. Otra cosa es, claro, que esta clase de actividades-inactividades son costosas para un Estado, y en particular, cuando ese Estado padece una situación en la que se esfuerza por salir de una recesión prolongada y severa. Algunos analistas han intentado extraer conclusiones sobre lo que costará “la broma de la huelga”: Entre cuatro y siete mil millones, se asegura. Otros cálculos estiman que vendrá a ser un 0,7 por 100 del PIB, de un PIB ya de por sí reducido a la mínima expresión, y que tiene ante sí la difícilísima tarea de salir de manera definitiva de los números rojos. Y ni siquiera se descarta, o también se apunta, que una jornada de huelga pudiera significar, ni más ni menos, que “un billete de regreso a la recesión”. En ésas estamos. Con toda educación y respeto al derecho de cada cual, pero con factura final que satisfacer...
ZAPATERO REITERA SU OFERTA DE DIÁLOGO SOCIAL.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró este miércoles su oferta de diálogo con sindicatos y empresarios en torno a la reforma del sistema de pensiones y de las políticas activas de trabajo, así como en lo que respecta al desarrollo de la reforma laboral. Rodríguez Zapatero respondió así al portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, quien pidió al presidente del Ejecutivo que desvelara cuál será el contenido de las negociaciones que el pasado domingo ofreció a los sindicatos en torno a las pensiones. "El domingo hice una declaración haciendo un llamamiento al diálogo social, es decir a empresarios y sindicatos, sobre temas pendientes en la agenda de gran importancia para el ámbito sociolaboral del país y, en definitiva, para la economía y el futuro de nuestra prosperidad", afirmó Rodríguez Zapatero, quien aseguró que el diálogo sobre pensiones se abrirá una vez se pronuncie el Pacto de Toledo. Esas cuestiones, apuntó el presidente, pasan por la reforma de las políticas activas de empleo, algo esencial para mejorar la capacidad de los servicios públicos; el desarrollo de la reforma laboral, en particular en lo que atañe a la negociación colectiva y la puesta en marcha del modelo de previsión "austríaco", y la reforma del sistema de pensiones. Respecto a las pensiones, explicó que el Gobierno se mantiene a la espera de recibir el informe sobre el que trabaja el Pacto de Toledo, para, a partir de ahí, abrir el proceso de diálogo sobre la reforma del sistema con sindicatos y empresarios. En cuanto al contenido concreto, "permítame que el Gobierno considere conveniente esperar al pronunciamiento de esta Cámara", dijo Rodríguez Zapatero, quien señaló que el objetivo es lograr el máximo consenso. Rodriguez Zapatero aprovechó su intervención en el pleno de control en el Congreso para mostrar su respeto a la huelga general y emplazar a los sindicatos al diálogo. "No deseo la huelga", ha asegurado Zapatero y "el Gobierno trabaja para garantizar el derecho al trabajo y el derecho a la huelga".
En un hemiciclo con un asistencia muy notable de diputados, casi de forma inusual, Mariano Rajoy ha preguntado a Zapatero sobre la competitividad de la economía española, sin que ninguno de los dos hiciera mención alguna de la huelga general. Por su parte, el portavoz de CiU consideró que no corresponde al Ejecutivo plantear la negociación sobre pensiones sin que antes de pronuncie el Pacto de Toledo, y pidió al Gobierno que no juegue con "expresiones" para reconciliarse con los sindicatos tras la huelga. Duran calificó de "inoportuna" y negativa para los intereses de España la huelga y ha emplazado a Zapatero a no utilizar las pensiones para reconciliarse con los sindicatos. Durán i Lleida, tras manifestar su oposición a la huelga general porque dañará a la productividad y a la imagen exterior de España en unos momentos delicados para la economía., dijo que, en su opinión, el éxito de la huelga no dependerá de su seguimiento sino de que logre modificar las políticas del Gobierno, que es lo que espera su formación. Consideró que lo importante para reformar las pensiones es lograr más ingresos, lo que necesita de una mayor ocupación, algo que no propician los Presupuestos Generales del Estado planteados para 2011, y de salarios y cotizaciones altas, algo a lo que no ayudará en nada la subida de IRPF.
QUEDÓ DESBLOQUEADA LA RENOVACIÓN DEL TC.- Finalmente, después de larga espera ha quedado desbloquea la renovación del tribunal Constitucional, que llevaba tres años de espera y de demora. Se habían producido varios intentos, en particular, el que se produjo en el encuentro de Rajoy y Zapatero, pero que finalmente no había llegado a tener efectos por la decisión del PSOE de no aceptar a uno de los candidatos propuestos por el PP, Enrique López, que no cumplía los requisitos que exige la ley . Una vez que el PP ha quitado ese escollo, y el PP retiró a su polémico candidato en el cupo que le corresponde al Senado, se ha desbloqueado la situación, y de este modo se favorece que se desbloquee la negociación del proceso. En su lugar, los "populares" sustituirán a López por el catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Complutense Francisco Pérez de los Cobos. Fuentes del PP señalan, sin embargo, que el nombre de Enrique López será una de las apuestas del PP por la cuota del Congreso, proceso que corresponde abordar dentro de unos meses. El PSOE, por su parte, propone a Adela Asúa y a Luis Ortega. Además, el gobierno catalán ha llegado a un acuerdo con el PSOE para que el catedrático Eliseo Aja, que ahora presidía el Consejo de Garantías Estatutarias de Catalunya, sea propuesto por el grupo socialista como uno de los candidatos.
La necesidad de proceder a la renovación del Tribunal Constitucional se debatió largamente, sobre todo con ocasión de la larga espera que precedió a la divulgación de la sentencia sobre el Estatut catalán. En particular, desde el Govern de la Generalitat de Cataluña se cooperó en la divulgación de la idea de esa renovación que, para el propio President Montilla, equivalía al desprestigio de un Tribunal “caducado”, además de parcial e inclinado a posiciones de la derecha política. Se llegó a temer, asimismo, que el mantenimiento de los vocales que habían concluido hace tres años su período de mandato pudiera favorecer la estrategia de Federico Trillo de lograr que el TC declarara inconstitucional la nueva Ley del Aborto, antes incluso de su entrada en vigor y tras ser estudiada con urgencia por los vocales del TC, aprovechando la hegemonía conservadora de sus vocales.
Finalmente, el Senado consiguió, tras varios intentos, proceder a la votación de sus cuatro candidatos y designarlos para su toma de posesión. Queda por completar la renovación con el cupo correspondiente al Congreso de los Diputados, que pudiera plantear algunos problemas parecidos, por la obstinación del PP de querer incorporar al TC, a cualquier precio, a su candidato Enrique López, y no se excluye que pudiera repetirse la situación de bloqueo por causa de este hombre de un magistrado con un número insuficiente de años de ejercicio profesional, y con merecida fama de ser parcial e inclinado a posiciones ideológicas del PP.
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