domingo, 26 de septiembre de 2010

ETA, TERCER COMUNICADO EN UN MES, SIGUE PONIENDO CONDICIONES. LOS SINDICALISTAS TEMEN EL FRACASO DE LA HUELGA, MALAS PERSPECTIVAS PARA EL TRIPARTITO

ETA SIGUE PONIENDO CONDICIONES.- En su tercer mensaje enviado en menos de un mes, la banda terrorista ETA vuelve a mostrar cierta intención de cambiar su propia razón de ser, posiblemente presionando por sus “colegas” del mundo abertzale: ETA asegura, en una entrevista, en Gara que tiene "disposición para dar el paso" del alto el fuego permanente y verificable que se le solicita en la Declaración de Bruselas y "también para ir más lejos, si se crean las condiciones para ello", entre las que están legalizar Batasuna, dejar de detener a sus miembros y abrir una negociación con el Gobierno. La banda terrorista ha expresado en 'Gara' su "voluntad clara" de que el proceso sea definitivo, pero precisa que "decir hoy en día que tiene un carácter definitivo es decir demasiado". Dos miembros de la banda explican que "el objetivo reside en la resolución democrática del conflicto político, en cerrar para siempre la herida, y eso nos exige actuar con responsabilidad a todos". Precisamente ayer, horas antes de que este diario hiciese público un avance de la entrevista que se publica este domingo, Batasuna, EA y Aralar hacían una declaración conjunta con otros colectivos en los que reclamaba a ETA que el alto el fuego fuera "permanente y verificable por la comunidad internacional" y que también fuese "unilateral". Sería "expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada". Sin embargo, ETA fija condiciones o, como dice, el "escenario básico para que el proceso sea viable". Se deben dar estos ingredientes: Que se tomen las medidas necesarias para que todos los agentes puedan actuar en igualdad de condiciones y que se establezcan los derechos civiles y políticos, es decir, legalizar Batasuna; que se desactiven los castigos añadidos impuestos a los presos políticos vascos, es decir, el acercamiento de los reclusos etarras al País Vasco o incluso algunas excarcelaciones; Y que, en general, se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia", o sea, que las fuerzas de la lucha antiterrorista dejen de detenerlos. La organización terrorista insiste, finalmente, en que "hay que activar y articular el proceso de diálogo". "Se deben fijar los objetivos del diálogo, el método, la constitución de la mesa de diálogo, las reglas de juego y la temática. ¿Cómo se hace? Eso corresponde a los agentes políticos y sociales vascos", indica.
ETA ha explicado que si ha tardado en anunciar su decisión de no atentar es porque "el protagonismo debía corresponder a los agentes que están impulsado el cambio político. Haber hecho pública la decisión después de los acontecimientos de los últimos meses ha evitado que el paso de ETA se entienda de forma inadecuada", ha señalado la banda, que ha asegurado que el Ministerio de Interior sabía de su intención de no atentar. De hecho, acusa al Ministerio de Interior de "mentir" cuando advertía de nuevas actuaciones y, respecto a la fecha en la que concluirá este cese, cuestiona si "hay alguien que quiere que haya un final". "Nosotros no. ETA quiere avanzar en el camino de la resolución", subraya. La banda reitera que, tal y como ya anunció, esta decisión supone "suspender las acciones que ya tenía previstas y no realizar acciones armadas ofensivas", aunque se reserva "el derecho a defenderse" y las "tareas de abastecimiento". Dice que su decisión se sitúa sobre "el suelo de los logros obtenidos en muchos años por la lucha de liberación". Por otra parte, asegura que, ante "la cerrazón" de los estados español y francés, está "abriendo la oportunidad", de modo que ha dado "un paso" y tiene voluntad de "dar más", aunque precisa que "si alguien considera que, sin atender a la solución del conflicto en su integridad, es posible reducir el proceso a una mera desactivación de la lucha armada, está equivocado". De cualquier modo, reconoce que "todos los compromisos no se lograrán de un día para otro". Según explican los miembros entrevistados, la organización terrorista ha abierto "canales de relación" y "ha habido quien ha llamado a su puerta", aunque sin "ningún tipo de acuerdo o compromiso". En el adelanto de una entrevista concedida al diario Gara, la banda explicaba que "el objetivo reside en la resolución democrática del conflicto político, en cerrar para siempre la herida, y eso nos exige actuar con responsabilidad a todos".
El Gobierno insiste en que no acepta condiciones de la banda terrorista, solo el abandono de las armas, según fuentes de Interior. ETA no da una fecha para la suspensión de las acciones armadas. Pero subraya que "quiere avanzar en el camino de la resolución, cada vez con mayor profundidad, hasta que en Euskal Herria alumbre una verdadera situación democrática". Y acusa de mentir al Ministerio del Interior cuando anunciaba nuevas acciones por parte de la banda. La decisión, dicen sus miembros, "se sitúa sobre el suelo de los logros obtenidos durante muchos años por la lucha por la liberación". La banda habla en la entrevista de un "escenario básico" para que el proceso sea viable. Exige que se tomen las medidas necesarias "para que todos los agentes puedan actuar en igualdad de condiciones, que se establezcan los derechos civiles y políticos, que se desactiven los castigos añadidos impuestos a los presos políticos vascos y que, en general, se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia". ETA explica también que si ha tardado en anunciar su decisión de no atentar es porque "el protagonismo debía corresponder a los agentes que están impulsado el cambio político. Haber hecho pública la decisión después de los acontecimientos de los últimos meses ha evitado que el paso de ETA se entienda de forma inadecuada", señala la banda, que asegura que el Ministerio del Interior sabía de su intención de no atentar. Cuestionados sobre si el cese de los atentados tiene fecha de finalización, los etarras se preguntan, señala Gara, si hay alguien que quiera que haya tal fecha. "Nosotros, no", dicen, y recalcan que "ETA quiere avanzar en el camino de la resolución, cada vez con mayor profundidad, hasta que en Euskal Herria alumbre una verdadera situación democrática".
No resulta fácil seguir las intenciones de la banda y sus aliados. Es preciso tener una interpretación cabal y permanente para saber lo que la banda busca en cada instante y con cada palabra que expresa. Pero no hay duda de que no es corriente que ETA haya emitido tres comunicados en muy pocas semanas, con presuntos propósitos de cambiar su modelo de vida tradicional…
LOS SINDICALISTAS SE ESFUERZAN POR IMPULSAR LA HUELGA.- Probablemente conscientes de que partían de un “ambiente favorable cero” en favor la huelga del miércoles, los líderes sindicales, Méndez y Toxo, se están esforzando como nunca por cambiar ese ambiente al costo que sea. Hasta el punto de que desde haber proclamado que “no se puede decir que la huelga fuera inevitable”, proclaman ahora que “la huelga general convocada para el miércoles 29-S es, ni más ni menos, "la más necesaria de la democracia". Naturalmente, rechazan las culpas que a los propios sindicalistas se les dirigieron desde el primer momento: Si el Gobierno fue forzado a redactar una ley de reforma del mercado del trabajo, fue por la incompetencia de los sindicalistas, que tuvieron ese encargo para pactarla con la patronal en la mesa del diálogo social… Méndez y Toxo, como sus delegados y afines, culpan de la huelga a la política del Gobierno, con su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a la cabeza, y se muestran convencidos de que forzarán a que el Gobierno cambie su política… Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo llevan todo el mes recorriendo España para explicar las razones de la huelga general y, aparte de compartir discurso, se les nota compenetrados, cuenta El País, que les ha realizado una entrevista “al alimón”, a cuatro días de la movilización. Dicen los sindicalistas que "el Gobierno ha abrazado el discurso que combatía hace unos meses", que "la reforma laboral es reversible, diga lo que diga Zapatero", que "el director del FMI narcotiza la conciencia del Gobierno español" y puntualizan que "se han escuchado gritos de ¡Zapatero dimisión!, pero no de ¡Rajoy al Gobierno!”. Un matiz sin duda relevante en esta hora en que se pide la marcha de Zapatero, pero no para que sirva para aupar a su alternativa del PP… Empieza la entrevista preguntando a los sindicalistas si era inevitable la huelga. Responde Toxo: No se puede decir que fuese inevitable. Es el resultado de un giro radical en la política económica y su desencadenante ha sido una reforma laboral tremendamente lesiva que se configura como un retroceso muy grave en los derechos básicos del trabajo, como la contratación, el despido, las condiciones fundamentales de trabajo hasta extremos que pueden dejar en papel mojado la negociación colectiva. Además, los problemas del mercado laboral no están en la reforma, como lo demuestra el que la mitad de España tiene una tasa de paro de entre el 10% y el 15%, y la otra supera a veces el 25% con las mismas leyes laborales. Pero la huelga, sobre todo, tiene un carácter de prevención de nuevos ajustes que afectan al núcleo de los sistemas de protección social, cuya expresión más visible sería el retraso de la edad de jubilación obligatoria a los 67 años. Y completa la respuesta Méndez: La ha hecho inevitable el giro brutal del Gobierno en su discurso y en su política: en los contenidos de la reforma, el plan de ajuste y las amenazas que hay sobre el sistema de pensiones. El Gobierno es quien la provoca. Nosotros no tenemos otra alternativa que convocarla. Segunda cuestión: ¿Es una "putada" hacer una huelga a un Gobierno de izquierdas? Responden los sindicalistas: Posiblemente fue una expresión desafortunada, pero venía a resumir que las políticas que puso en circulación tras la nefasta reunión del Ecofin de mayo habían llevado una huelga general cuando lo que necesitaba era un consenso para salir de la crisis. La huelga es la respuesta obligada a esa secuencia de ajuste económico, reforma laboral y anuncio de reducción del peso de la protección social. Va a tener mucho impacto. La estamos preparando concienzudamente. La verdad es que la coyuntura en la que se produce seguramente es la más difícil de todas en las que hemos convocado huelgas. Pero, curiosamente, es la huelga más necesaria de la historia de la democracia española porque los motivos son combatir unas imposiciones laborales y unas pretensiones en materia de pensiones sin precedentes. Nunca, en la historia de la democracia, un Gobierno ha tratado de atacar por tantos frentes a la vez los derechos sociales y laborales de los trabajadores como ahora.
¿Por qué se produce ese giro?, repregunta seguidamente a Méndez y Toxo: Hay varios factores, aunque probablemente el último impulso lo da el pánico que generan los mercados ante la crisis griega y los movimientos especulativos hacia Portugal y España, mientras Europa mira a otro lado. Es el punto de inflexión que lleva a pasar de políticas expansivas para salvar el sistema financiero a priorizar el déficit público, lo que orilla el empleo. No obstante, había un sustrato que venía alimentando ese giro y que, en medio de las convulsiones de la crisis, pasó desapercibido: el viraje hacia la derecha en el Parlamento Europeo y en algunos Gobiernos. Lo más lamentable, y no estoy pensando solo en el Gobierno español, es que la izquierda europea no haya logrado un discurso alternativo para enfrentarse a la crisis y se haya asignado a la marea neoliberal. Además, ocurre que la crisis de Grecia, cuya economía afecta solo al 2,5% de la europea, se utiliza para aplicar una cura de caballo, con un fuerte protagonismo de Alemania. El Gobierno español, que ostenta la presidencia europea, no sabe jugar sus cartas y se deja acogotar cuando debería haberse centrado en alguna fórmula para luchar contra la crisis y no aceptar una imposición que nos puede condenar a una segunda velocidad. El Gobierno, al que hay que reconocerle un compromiso con la preservación de los derechos civiles, ha tenido bastantes incoherencias en materia de política económica como se demuestra en esa perla de que bajar impuestos es de izquierdas. El Gobierno, dentro del cual ha habido cierta predisposición, no solo se ha quedado sin discurso, sino que ha abrazado desesperadamente el que combatía hace unos meses.
Luego se repasa la responsabilidad de Zapatero: Es que él es el responsable, primero y último. Yo no lo puedo identificar con otro que el propio presidente del Gobierno, dice Méndez. Y Toxo: El presidente nombra a los ministros y a las ministras y ha metido en las áreas económicas a gente de la que se conocía su predisposición a transitar por estos caminos antes del giro. En el fondo compartían ese diagnóstico de los sectores más próximos al pensamiento liberal. Probablemente, el Gobierno sea presa de una confusión tremenda por causa de la huelga; pero las organizaciones sindicales tenemos el derecho de ser informadas por el Gobierno, y éste el deber de informarnos sobre todas las políticas que afectan a los trabajadores, más allá de las situaciones de conflicto que aparezcan. El hecho de que no nos haya convocado para ser informados y consultado sobre los Presupuestos Generales del Estado es un incumplimiento de los deberes generales. Ha habido un corte radical en la relación. El Gobierno, una vez que se produjo el desencuentro de la reforma laboral, ha dejado de tomar contacto con las organizaciones sindicales. Convendría que se evitaran algunos tics: una cosa es que tengamos un nivel de confrontación fuerte por oposición a la política que están desarrollando y otra que se pierdan los modales y, sobre todo, se entre en riesgo de vulneración de normas. El Gobierno está obligado a informar de los PGE a los agentes económicos y nunca, en lo que yo tengo de memoria, se había producido un hecho como el comentado por Cándido. Sospecho que tampoco ha convocado a las patronales. ¿A qué obedece ese ataque de sectarismo? A lo mejor al subconsciente que cada uno lleva dentro. Eso pone en entredicho el concepto de valor que se le da al diálogo social, que no es un instrumento de quita y pon en función de la coyuntura, es una manera de entender la política. Un escenario de confrontación no exime al Gobierno de sus obligaciones.
Luego denuncia Méndez la existencia de una ofensiva desde ámbitos mediáticos que “consideran que las organizaciones sindicales somos el mayor obstáculo para aprovechar la crisis y debilitar nuestro sistema de protección social, abordar una última fase de las privatizaciones de ciertos servicios fundamentales y debilitar la negociación colectiva. Pero tengo la percepción de que el hecho de que incluyan en los Presupuestos la subida de impuestos a los más ricos a pocos días de la huelga, se debe a que el Gobierno acusa el impacto. No obstante, quiero decir que la reforma fiscal debe ser mucho más profunda que eso, debe recuperar impuestos, como patrimonio y sucesiones, y la capacidad recaudatoria del de sociedades. En el Gobierno hay ganas de que la huelga fracase, evidentemente. Están convencidos de que lo que hacen es lo mejor para el país, pero los hechos demostrarán que no es así, porque nos instalaremos en una situación de precariedad en el crecimiento por un largo periodo y en el mercado de trabajo. Hay quien en su fuero interno considera que las organizaciones de trabajadores son una especie de incordio, que hay que prescindir de ellas y si el país les da un varapalo no acudiendo a la huelga queda el campo expedito para el avance de la política neoliberal. El objetivo es dar el salto de gigante a la individualización del trabajo. ¿El fracaso de la huelga significará el adiós a los sindicatos? En absoluto. El éxito de la huelga no lo aplico tanto en la participación, pero el resultado va a ser bien visible. No contemplo un fracaso de los sindicatos; sería de la sociedad española que resignadamente asumiría que solo hay una manera de enfrentarse a esa situación. Los que nos dicen que estamos anquilosados, que son los mismos que nos halagaban hasta hace muy poco tiempo, se equivocan. El movimiento sindical está en permanente evolución y los sindicatos en España hemos demostrado una capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias sociales y económicas, como ninguna organización. La legitimidad de los sindicatos está radicada en la representación democrática que se expresa en las elecciones sindicales cada cuatro años. Somos los depositarios del ejercicio constitucional de la huelga y con la convocatoria abrimos el cauce para que los trabajadores se expresen. En la pregunta hay latente un equívoco y es que se intenta trasladar que este es un juego entre los sindicatos y el Gobierno. Es un tema del conjunto de la sociedad porque de esta política no salen las soluciones que necesita este país.
Y, por el contrario, si triunfa la huelga, ¿qué debe hacer Zapatero? ¿Hay marcha atrás para la reforma? –se pregunta a continuación. Sí, una ley se cambia con otra ley. La reforma laboral es reversible, diga lo que diga Zapatero. González y Aznar dijeron lo mismo que está diciendo ahora él, que se mire en ellos. La alternativa que contemplamos es la rectificación, no hay otra. El juez contra la reforma laboral va a ser la realidad. Y en relación con las pensiones, me parece incomprensible que el Gobierno haya tirado por la borda el Pacto de Toledo. Y otra cuestión aún: ¿No han sentido que están haciendo el juego al PP? En absoluto. Es incierto que con un Gobierno del PP hubiéramos convocado una huelga hace tiempo. Estos sindicatos tienen acreditada independencia como para no vincular sus decisiones al color de los Gobiernos. Ahora se insinúa que la huelga va a provocar la anticipación de la llegada del PP al Gobierno. Primero, no hay convocadas elecciones; segundo, la huelga no está convocada para cambiar el Gobierno, sino para que el Gobierno cambie las políticas que creemos que no comparte la mayoría de los trabajadores. A lo mejor es que se está suicidando. Pero llegados al extremo: se han escuchado gritos de ¡Zapatero dimisión!, pero yo no he escuchado ¡Rajoy al Gobierno! Y es los que gritaban eso pensaban que en la izquierda hay alternativas. Si cambia el ciclo político no es porque los sindicatos empujemos, sino porque el Gobierno lo precipita y, tal vez, la ciudadanía intuya que para hacer políticas de derechas más que el sucedáneo es mejor el genuino. La huelga la convocamos por motivos sociales y queremos cambios en la política. No vamos más allá. Que se abren expectativas para el PP, pues es una posibilidad que la marca la política del Gobierno. Hay quien dice que el mejor aliado de Zapatero es Rajoy. A lo mejor ahora hay que decir que el mejor aliado de Rajoy es Zapatero. En las bases sindicales hay decepción y cabreo con la izquierda gobernante, pero no hay expectativas en la derecha. El ataque tan virulento que sufrimos las organizaciones sindicales por parte de los que utilizan la libertad de información en el fondo expresa que el PP tiene más preocupación que el Gobierno por el alcance de la huelga, porque puede ser un revulsivo social de consecuencias irreversibles. Para nosotros muy esperanzadoras.
Ultimas cuestiones, sobre los servicios mínimos, reforzados en algunas CCAA del PP. No en todas. También es una insidia que el Gobierno, con los servicios mínimos, pretende facilitar la huelga. Se debería normalizar la relación de las instituciones con el derecho de huelga y fijar servicios esenciales y evitar el espectáculo lamentable que se produce cada vez que hay una huelga. Pero están aquéllos o aquéllas que parecen que quieren ser el perejil de todas las salsas, como ocurre en la Comunidad de Madrid. Es lamentable que negocie y al tiempo el Gobierno de la Comunidad se reúna para aprobar un decreto. Eso se llama negociar de mala fe, aunque tiene más palabras que lo pueden calificar. ¿Para qué fin? Para provocar un conflicto parecido al de la huelga del Metro de Madrid; para abundar en la dinámica de descalificación, o solo para ocupar espacio mediático. A lo mejor son las dos cosas. Para mí lo más relevante es que hemos llegado a un acuerdo en transporte de manera global y sería muy interesante que se trasladara a otros servicios esenciales. Lo más estridente siempre es lo de Madrid. En cualquier escenario, siempre gravita el hecho de que la presidenta [Esperanza Aguirre] quiera ser alternativa al Gobierno de la nación siendo previamente la alternativa al líder de la oposición y, claro, eso contamina las decisiones políticas, porque se ve como la referencia de la derecha más dura y neoliberal. Antes en Madrid había otro gobernante de derechas y no ocurría lo mismo.
No descartan los sindicalistas convocantes que “su” huelga fracase, y por eso se esfuerzan en evitarlo…
MALAS PERSPECTIVAS PARA EL TRIPARTITO CATALÁN.- La más reciente encuesta abunda en las tendencias que nos habían marcado las anteriores: reforzamiento de CIU y descenso de la presencia de socialistas, Esquerra e IU. En efecto, la encuesta que este domingo ha proporcionado El País coincide en que la carrera en Cataluña para las elecciones del 28 de noviembre arranca con pésimas perspectivas para las formaciones del tripartito y con una alfombra roja a los pies de Convergència i Unió, que se aproxima a la mayoría absoluta. Los socialistas, pero también sus socios de Gobierno (Esquerra Republicana e Iniciativa) pagan los platos rotos del malestar creado por el recorte del Estatuto. También por la crisis económica y la sensación generalizada de que el de José Montilla ha sido un mal Gobierno. Así lo refleja el estudio electoral de Metroscopia, según el cual el 61% de los encuestados cree que Cataluña ha estado mal gobernada y el 85% piensa que hace falta un cambio en esta comunidad. La mayoría quiere un pacto CiU-PSC. Los catalanes se sienten poco queridos ."El derecho a decidir lo tendrían que apoyar más del 60% de los catalanes" La encuesta es una fotografía del momento en la política catalana, con una profunda desmovilización del electorado de la izquierda y una derecha con todo a punto para volcarse en las urnas. La mayoría absoluta está en los 68 diputados y Convergència i Unió sube hasta los 61, los socialistas retroceden hasta los 28, el Partido Popular vuelve a ser tercera fuerza con 17 diputados, Esquerra Republicana se hunde hasta los 12 diputados e Iniciativa-Esquerra Unida baja hasta 9. Ciutadans-Partido de la Ciudadanía sube de tres hasta los cuatro escaños y entran dos nuevas formaciones independentistas: Solidaritat catalana, liderada por el ex presidente del Barça Joan Laporta; y Reagrupament, la escisión de Esquerra Republicana con el ex consejero Joan Carretero al frente. Ambas formaciones entran con dos diputados. Esta fotografía refleja la apatía del momento, pero no permite predecir si en los dos meses de precampaña electoral que quedan por delante las formaciones progresistas lograrán despertar a su electorado. En la situación vigente la participación se quedaría en un 50%, seis puntos por debajo de la conseguida en 2006, que ya fue muy baja. En este contexto, los partidos ultraminoritarios, como Ciutadans, Reagrupament y Solidaritat, lo tienen relativamente fácil para superar el 3% de los sufragios que les abren la puerta del Parlamento. Las tres formaciones logran entre un 3% y un 3,9%, lo que las hace extremadamente dependientes de la baja participación. Los ocho diputados que suman estos tres partidos entrarían de nuevo en el reparto en caso de que la abstención se situara a niveles algo más elevados. El principal problema de la izquierda no es que sus votantes se pasen en bloque a Convergència i Unió, sino que amenazan con la abstención. De esta forma, el 63% de los votantes de CiU en 2006 tiene decidido que repetirá su voto. Este porcentaje baja hasta el 35% en el caso del PSC, al 27% en el caso de Esquerra y al 42% en el entorno de Iniciativa. Tampoco es muy buena la opinión que los votantes de la izquierda tienen de sus propios líderes. Incluso entre los votantes socialistas son más numerosos quienes prefieren que el próximo presidente de la Generalitat sea Artur Mas y no José Montilla (45% frente a 40%). Solo entre los votantes de ICV predominan (50% frente a 38%) quienes preferirían a Montilla sobre Mas. La opinión de los votantes de izquierda del actual Gobierno es igualmente demoledora. Solo un 42% del electorado socialista considera buena o muy buena la gestión del PSC.
Es el pronóstico de la encuesta. Falta aún la propia campaña electoral, que algunos votos es probable que mueva. Y falta, sobre todo, la reflexión final y la decisión de los votantes, a quienes esta fotografía anticipada tal vez no termina de complacerles y forzarán otra distinta… En todo caso, hoy por hoy, la vuelva a otro tripartito parece descartable, y han empezado a contemplarse otras posibilidades: CIU en solitario, CiU más PP, e incluso la gran coalición de CiU y PSC…

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