EL DEBATE DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL
Como el presidente Zapatero, también Mariano Rajoy, ha descartado la posibilidad de que la reforma de la Constitución española, pactada entre el PSOE y el PP para introducir el llamado techo de gasto de las administraciones públicas, vaya a ser sometida a referéndum. “La Constitución establece con meridiana claridad qué reforma de la misma exige consulta popular y cuál no. Esta reforma no exige consulta, y es un sentir general en la sociedad que no se puede gastar como se ha gastado en los últimos tiempos, añadió en su explicación Rajoy, para quien la reforma tiene el apoyo mayoritario: lo tiene en el PP, y creo que también en la gente que ha dado su confianza al PSOE y a otras fuerzas políticas”, dijo durante una visita a Vélez-Málaga. Rajoy quiso significar y valorar, particularmente, el hecho de incorporar a la Constitución un criterio de estabilidad presupuestaria, lo que considera “una reforma estructural importante”. Argumentó que “es fundamental para crear empleo no gastar más de lo que tenemos; no podemos tener déficit público ni deuda pública, eso repercute en el crédito y en el crecimiento”.
El máximo dirigente popular también rechazó la posibilidad de aprovechar la que será segunda reforma de la ley fundamental –la primera fue con motivo de la ratificación del Tratado de Maastricht- para introducir otras modificaciones, como eliminar la prevalencia del hombre sobre la mujer en la sucesión a la Corona, que fue, en su momento, una propuesta que hizo Zapatero pero que el PP rechazó . “La Constitución se puede reformar, pero soy partidario de reformarla sólo eligiendo bien el momento, sabiendo para qué se hace, y sabiendo que hay cosas que requieren referéndum y otras que no lo necesitan. “Yo, dijo Rajoy, en este momento tan próximo a las elecciones, no soy partidario de otras reformas. Tenemos la suerte de poder hacer ésta. Tenemos las elecciones dentro de poco, y ya no es momento para plantear otras reformas. En el futuro, Dios proveerá”, afirmó. Rajoy también opinó sobre la idea de eliminar las diputaciones provinciales, lanzada por el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, Rajoy, que presidió la Diputación de Pontevedra, se ha mostrado contrario a esa eliminación, al igual que han venido argumentando otros dirigentes del PP, como Ana Mato o Gonzáles Pons. “Estoy convencido de que los pequeños municipios españoles no pueden vivir sin unas instituciones intermedias”, alegó. No obstante, el líder popular ha admitido que hay que hacer reformas en estos entes supramunicipales para que éstos garanticen que “los vecinos de pequeños municipios sean iguales en derechos y oportunidades que los de las ciudades”. Por su parte, volvía a intervenir en estos debates el candidato socialista. Rubalcaba afirma sobre la reforma que su partido y el PP quieren llevar a cabo para fijar en la Constitución un límite de déficit, que el nuevo articulado tiene que tener "suficiente flexibilidad para que el Estado pueda manejarse en situaciones de dificultad". Rubalcaba se pronunciaba en estos términos durante un encuentro con padres y madres en la sede federal de su partido en Madrid, en lo que ha sido su primer pronunciamiento público sobre la reforma constitucional después de que el martes reconociera que, a priori, su posición a esta iniciativa era contraria, -hecho que criticó y zahirió Rajoy-, pero que cambió de opinión el pasado lunes después de que Zapatero le convenciera y revelara que había convencido también a Rajoy. En la mencionada reunión, los ciudadanos han aprovechado para preguntar a Rubalcaba si la reforma constitucional, acordada el martes en el Congreso, puede hacer peligrar el gasto destinado a educación, sanidad y asuntos sociales, según han explicado a los medios algunos de los participantes en el encuentro. De hecho, algunos diputados socialistas emplean esta argumentación para oponerse a la reforma constitucional. Rubalcaba les ha asegurado que la reforma de la Constitución no conllevará "ningún tipo de recorte social", al tiempo que ha insistido en que, en la negociación que ha comenzado para acometer la reforma, lo importante será "la letra pequeña" del acuerdo al que se llegue con los grupos parlamentarios, ya que, en su opinión, no hay que "pillarse los dedos". Se supone que se refiere al tope de gasto que debe contener el futuro nuevo artículo de la Constitución, y sobre el que ya se especula: ¿crecimiento cero del gasto público total, o tope de hasta el tres por ciento?
miércoles, 24 de agosto de 2011
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