martes, 13 de septiembre de 2011

LOS ENEMIGOS POLÍTICOS DE LA LIDERESA

EL COCKTAIL DE AGUIRRE
Por lo general, las grandes cuestiones de la política nacional las aborda y considera, en el seno del PP, Mariano Rajoy, o en su ausencia y por su delegación, alguno de sus portavoces: La secretarias Cospedal, la portavoz Santamaría, o González Pons, Ana Mato, Javier Arenas... Y pare usted de contar. Salvo la presidenta de la Comunidad de Madrid, “la lideresa”, Esperanza Aguirre, que parece disponer de bula y autorización para degustar de cualquiera de los platos que se le ofrezcan. El resto de los barones, es difícil que participen otros líderes regionales, salvo excepciones. Ahora, por ejemplo, algunos han tenido la osadía de discrepar de Rajoy y proclamar su buena disposición hacia la asunción del impuesto sobre el patrimonio. En esta materia, el PP está lejos de obtener unanimidad... Pero en el caso de Aguirre, estas discrepancias son corrientes y habituales. Sobre todo, su intervención de las grandes cuestiones nacionales: Así, un día interviene sobre el impuesto de patrimonio, y descalifica con sus peores términos la “impudicia” de Rubalcaba de pedir a Zapatero el regreso o la recuperación de ese impuesto suprimido en los tres últimos años. Otro día, Aguirre se otorga esa misma bula para replantear, incluso contra el parecer de la mayor parte de los restantes “barones” regionales, la cuestión Alvarez Cascos, y mantiene contactos con el presidente asturiano del Foro que lleva sus siglas, FAC, según ha revelado Diario Crítico, que molestan vivamente al presidente de su propia formación, Mariano Rajoy, que fue quien -conviene recordarlo- determinó la estrategia electoral para el PP asturiano, que no pasaba, precisamente, por la recuperación de Cascos. Esperanza Aguirre ha sido crucial, en las últimas semanas, asimismo, en el hostigamiento a los profesores, en vísperas del comienzo del curso. Tampoco es sorprendente que opine sobre “el problema catalán” o el “problema vasco”... Ahora, acaba de completar todo un “cocktail de enemigos”, al situar como fuerzas contrarias al PP y sus planteamientos, a la mezcla que componen socialistas, Izquierda Unida, sindicalistas, indignados y “los de la ceja”. Es decir, aproximadamente, lo que podríamos llamar “la izquierda intelectual”, hacia la que doña Esperanza ha vertido, ocasionalmente, sus mayores desafueros. Posiblemente falta sumar a ese cocktail a los ateos, agnósticos, anticlericales, contrarios a las autoridades de la Iglesia Católica... Son todos aquéllos a quienes Aguirre no tiene la menor simpatía, y que, generalmente, le devuelven la misma moneda de falta de aprecio y consideración.
¿Son una fuerza electoral considerable, consistente, sólida? Las más recientes elecciones demuestran que no, que es una fuerza, en todo caso, batible y que han sido derrotados repetidamente por doña Esperanza.

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