lunes, 23 de junio de 2014

LA VUELTA A LA NORMALIDAD Hasta los días de vacaciones, que para sus señorías los políticos son ya inminentes, los ciudadanos corrientes tenemos un trecho de normalidad de algunas semanas, ya sin los dos eventos que se produjeron en los comienzos de este mes de junio: El Mundial de fútbol de Brasil y la renovación y relevo en la Monarquía española. Estos dos eventos, es cierto, proporcionarán también sus correspondientes novedades. Los futbolistas españoles de la Selección abandonarán en las próximas horas Brasiles medio del desencanto y una cierta frustración. Habíamos llegado a creer que La Roja sería, como la vieja Armada, indestructible e invencible. Y bastaron dos partidos para comprobar su fragilidad y sus debilidades. Ahora, el seleccionador y sus jugadores atraviesan por momentos de turbulencia y ajustes. Y por lo que se refiere a la Casa del Rey, también hay ajustes y relevos, aunque posiblemente la vida que más empieza a cambiar es la del hasta hace una semana era el jefe de la Casa Real, el Rey Juan Carlos, liberado de ataduras y compromisos de Estado, aunque vigilará muy de cerca los primeros movimientos –viajes, visitas, encuentros, designaciones-, que está haciendo su hijo Felipe VI. En el resto de asuntos, se trata de completar los programas de actividades ya anunciadas: La reforma fiscal, que parece haberse reducido a dos materias: ajuste de IRPF y Sociedades, la reforma de la ley del aborto, que también llega con rebajas sobre lo anunciado, toda vez qu, según nos cuenta hoy El País, la malformación del feto será un motivo legal para abortar. Aunque el anteproyecto de ley sigue siendo más restrictivo que la legislación de 1985. El Gobierno de Rajoy-Gallardón, finalmente, parece que atiende las sugerencias que le hicieron llegar el Consejo general del Poder Judicial y el Consejo fiscal. Llega a la conclusión los expertos que el futuro texto, que todavía deberá aprobar el gobierno y pasará luego a las Cámaras legislativas, seguirá siendo más restrictivo que la legislación so re el aborto de 1985, ya que el procedimiento pr4vist0 contempla una serie de condiciones que lo hacen más largo y farragoso para la embarazada. Y se recuerda que la exclusión de la malformación fetal del anteproyecto había desencadenado, como ningún otro aspecto de la futura ley, las críticas de la oposición e incluso la discrepancia interna en las filas del propio PP. Ahora se rectifican esos extremos. En cuando a las modificaciones fiscales, coinciden los analistas del nuevo texto en señalar que está lejos de ser una reforma fiscal en su totalidad, como se había anunciado, y que se limita a retocar dos normas, el IRPF y el impuesto de Sociedades, sin llegar, en el objetivo último de la recaudación de tributos, a la situación en la que estaban antes de la llegada del PP al poder, hace tres años. Es decir, el Gobierno de Rajoy no parece tener más remedio que rebajar esos impuestos, comprobada la pérdida de electores en las elecciones al parlamento europeo –dos millones y medio menos que en las elecciones generales-, pero sin prescindir de los ingresos que por ellos obtiene el Estado, o de hacerlo en una estricta y meditada medida. Dicho de otro modo, entre la recuperación de votantes y la pérdida de ingresos, el Gobierno se esfuerza en recuperar votos, pero se ve resignado a perder votantes, pero no a perder ingresos… Tal vez haya ocasiones de remediar lo que parece inevitable, con alguna otra vuelta a impuestos que ahora quedan relegados, o a la hora de acometer la comprometida revisión e ingresos de los impuestos autonómicos, otra reforma pendiente y retrasada… JOSÉ CAVERO

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