domingo, 23 de febrero de 2014

Pillos e imprevisibles situaciones Todavía hay cosas imprevisibles e incluso difíciles de imaginar. Por ejemplo, el vuelco producido en Ucrania en pocas horas. Y luego, la afición de los grandes líderes, o aspirantes a tales, a rodearse de lujos probablemente innecesarios. Las fotografías de la inmensa mansión del ya depuesto Yanokovich son un modelo de lo que no debiera hacer un dirigente político: Una mansión recubierta de mármol, llena de estatuas, salas decoradas con conos de oro y armaduras, faisanes, una colección de vehículos militares soviéticos, un campo de golf y zoológico, a cualquiera parecerá un exceso p4opio de otros tiempos. Pero tampoco hay que recurrir a viejos tiempos ni a lugares extraños. Nosotros mismos tenemos políticos “domésticos” con cuentas en Suiza estrafalarias y, en todo caso, demostrativas de que se ha abusado amplísimamente del poder y de sus atributos. No menos imprevisible resultaba que reapareciera, de repente, Julia Tomaszhenko, a quien se le ha abreviado el tiempo de prisión y que ha pasado de una celda a disfrutar de os aplausos de multitudes enfervorizadas. El caso de Ucrakia pasará a los anales de las dictaduras que mueren matando. A ver cómo sigue ahora esa historia. Hablando de impredecibles, es la acusación que Almunia hace a Rajoy: Que no tiene proyecto ni a medio ni a largo plazo. Parece evidente que Almunia deja su cargo en la Comisión Europea y se reintegra ala campaña electoral, en el bando de Rubalcaba. Hace mucho que Rajoy y muchos otros elementos del PP, han querido quitarse de en medio a Almunia, a quien han visto a menudo como un traidor para los intereses del gobierno español. Almunia ha tenido un juego delicado, en la comisión y como exigente profesor de las asignaturas pendientes del Gobierno español. Ahora ya se lanza a la política de partidos, y será, con bastante probabilidad, un hueso duro de roer para Rajoy o para Cañete, y una ayuda impagable para Rubalcaba y Valenciano, ante las elecciones europeas de mayo. El aún comisario advierte, por cierto, que sería un error pensar que todo está hecho y que podemos bajar impuestos. Parece que en buena parte del Gobierno del PP se piensa de ese modo. No hay más que escuchar a Esperanza Aguirre, reclamando a diario que bajan los impuestos. ¿Estamos ya en condiciones de regresar a tiempos mejores, para los contribuyentes, desasistiendo las todavía abultadas necesidades del Estado? Almunia tiene tras de sí una experiencia formidable y amplísima, nadie lo duda. Hablando de campaña electoral, tampoco duda nadie que el debate del estado de la nación será una ocasión excepcionar para que cada cual exponga sus posiciones y trate de destrozar las contrarias. Vaya papelón el de los verificadores internacionales del desarme de ETA. Nadie ha querido reconocer ni mucho menos valorar su tarea, y su paso por España ha tenido algo de celebración y algo de rendición de cuentas ante los jueces. La cerrazón de Fernández ha originado malestar en el Gobierno vasco, al que tampoco se ha querido dar el menor protagonismo en esta presencia internacional despreciada sistemáticamente por el gobierno español. Y papelón grande, también, el del camión español participante en el París-Dakar, descubierto con 1.400 kilos de cocaína. Empezábamos hablando de grades pillos y con ellos hemos terminado también el relato de este día. JOSÉ CAVERO

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