sábado, 1 de marzo de 2014

23-F, 11-M, ETA, Bildu, Barcina… De vez en cuando nos encanta resucitar viejísimos asuntos, que ya se crían definitivamente fallecidos y enterrados. Es el caso del 23-F, el golpe de Tejero, Miláns y Armada en el Congreso, que la insólita visión a Evole y otros cuantos han puesto de actualidad. Siguen produciéndose reacciones, muchas de ellas extraordinariamente ácidas e implacables con el invento de La Sexta. Escuché estos días a Almudena Grandes y su anuncio de que no volverá a recurrir, ni siquiera como espectadora, a la cadena de Roures. A Almudena, la broma de Evole y los demás le pareció insoportable, inadmisible, intolerable. Yo soy bastante de esa misma opinión, y sobre la participación de algunos colegas con el bromista-jefe, sólo me la puedo explica pensando que le habían dado mucho al alcohol… Halando de otra “fecha épica”, el 11-M, acaba de aparecer el libro que se anuncia “el definitivo” sobre la historia de los trenes de Atocha. Su autor es Fernando Reinares, prestigioso historiador de nuestro tiempo. Cabe recordar que algún medio informativo, el que ha dirigido hasta hace poco Pedro J. Ramírez, lleva años y años poniendo en duda las conclusiones del juez Bermúdez sobre el caso. Es probable que cesado Ramírez cese esa campaña obscena y absurda. Reinares, estudioso del terrorismo global en nuestro tiempo, reduce significativamente la importancia de los delincuentes de Lavapiés. Reinares sostiene que los líderes de Al Qaeda en Pakistán, con Bin Laden a la cabeza, son quienes aprueban en plan terrorista a ejecutar en España. Estos días hemos vuelto, también, sobre el protagonismo de ETA. Hubo la pasada madrugada una nueva nota explicativa de la banda. A ETA casi siempre le ha podido la locuacidad y la charlatanería que forzaban a que ocupara espacios en los telediarios. Ahora, también. De acuerdo con los carnavales, sigue saliendo ahora con el rostro tapado y mensajes que nadie espera. Sólo se espera uno, final y definitivo: Nos equivocamos, no volveremos a hacerlo -hasta el Rey habla así-. Pedimos perdón por nuestros trágicos errores. Olvídense de nuestras malditas siglas para siempre jamás. ¿Y la señora Barcina? Vaya ejercicio de confusión y tinta de calamar. Dice el arco parlamentario navarro, exceptuado, PP y UPN -que son la misma cosa-, que sí hay pruebas palpables de corrupción. Pero la Barcina insiste en que de eso nada, y que sólo van a conseguir que Bildu tenga más juego en Navarra. Barcina juega con Rajoy y Sáenz de Santamaría al mismo bonito juego de las confusiones provocadas. Son dos cosas bien distintas: Primera: ¿Hubo corrupción en el Gobierno navarro? Parece que sí, que la hubo. Y al margen, y además: ¿puede verse beneficiado Bildu por esos hechos? Es seguro que también. Pero los culpables de ese riesgo será Barcina y sus socios de gobierno, y no el PS y los restantes parlamentarios navarros… JOSÉ CAVERO

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