LOS NUEVOS TIEMPOS
Con ocasión del debate de la reforma constitucional, algún diputado socialista advirtió “el clima reinante”: No se puede ser excesivamente reivindicativo, rebelde o protestón con el partido que está s punto de incluirte en sus listas electorales, o que puede prescindir de ti de tales opciones electorales, dentro de unos pocos días, o a lo sumo, semanas. Por o demás, hemos visto ya cómo determinadas figuras del PSOE anuncian su propósito de no acudir a las elecciones siguientes: Esas uvas no están maduras para muchos… Y no serán alcanzables, como en la fábula de la zorra y las uvas, porque, con toda probabilidad, habrá unos cuantos diputados socialistas menos que en la legislatura que está terminando: ¿Veinte, cuarenta menos? Eso dicen algunas encuestas. Parece que el clima es muy diferente en el PP, en cuyas listas “todos quieren estar”, precisamente porque es previsible un cambio de tendencia que afectará a las dos grandes formaciones del parlamento.
Así las cosas, se supone que al aspirante a diputado se le exige y requiere una mayor disponibilidad y una menor autonomía en su propia actuación y expresión de opiniones. Llega la hora en la que Rubalcaba y sus compañeros de dirección elaboren o repasen las listas de aspirantes s sentarse en el futuro Congreso o Senado, y lo harán, con bastante probabilidad, con carácter restrictivo: tratando de mantener a “pesos pesados”, y sin excesivas experimentaciones con nombres nuevos. Todo lo cual no quita para que haya peleas por los primero puestos. Incluso es probable que se agudicen tales peleas, por las menores oportunidades que tendrán los aspirantes a la elección. Ya digo, el clima en el seno del PP será muy distinto: Los seguidores de Rajoy incluso optan, en esta ocasión, a formar gobierno, y por tanto, a integrarse en él. Nada menos…
Hay una segunda tarea pendiente, para estas semanas finales del curso político: la elaboración de los correspondientes programas. Apenas hemos tenido oportunidad de vislumbrar algún contenido, pero no es improbable que esta vez los dos grandes partidos jueguen a diferenciarse lo más posible. Hemos visto las muy distintas actitudes de Rubalcaba y Cospedal sobre el llamado “impuesto para los ricos”, que a la postre pudiera resultar diferenciación extrema entre ambos partidos. Rubalcaba incluso se quiere distanciar de lo que hizo Zapatero, mientras Rajoy y su equipo no parecen deseosos de entrar en esa clase de batallas de futuro.
Por lo demás, se supone que esas dos cuestiones pendientes, listas y programa, merecerán ya todas las atenciones de aquí al 20-N. La secretaria general del PP, que parece decidida a mantenerse en su puesto tras las elecciones, se ha referido a la estrategia de su partido: El PP se propone apoyar al gobierno en este tiempo “para no perder tres meses”, con el argumento de que “no se puede perder todo ese tiempo por la borda, ni hacérselo perder a los españoles. De manera que, sorprendentemente, el PP “estará al lado del gobierno de Rodríguez Zapatero”, según el mensaje de la, también, presidenta manchega. Curiosamente, y como ya hemos visto en la reforma del texto constitucional, pudiera suceder que PP y PSOE empiezan a colaborar “más que nunca”, más que lo han hecho en los últimos ocho años…, justamente cuando llega el tiempo de la gran confrontación… Por cierto, que estos nuevos tiempos también traen consigo un planteamiento nuevo para las relaciones con los nacionalistas catalanes, algo que no parecía entrar en los cálculos del PP, pero que trajo consigo la pactada reforma constitucional…
miércoles, 31 de agosto de 2011
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