jueves, 1 de septiembre de 2011

COINCIDENTE CON LOS FESTEJOS VERANIEGOS

DESAPARECE LA VIOLENCIA CALLEJERA EN EUSKADI
Siguen estando abiertas algunas grandes expectativas, como cuándo y cómo hará pública ETA su firme voluntad de abandonar la violencia de una vez. Incluso algunos testimonios insisten en que sigue habiendo etarras decididos a apuntarse a la violencia… ¿Les terminará de convencer el protagonismo de Bildu, salsa inevitable en todas las reuniones sociales que se producen en Euskadi? Desde luego, mal podía sospecharse el “éxito social” de Garitazo, diputado general de Guipúzcoa, o el de su correligionario, el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izaguirre…Y sin embargo, algunos datos animan a mantener la esperanza de que las cosas, a su ritmo, avanzan y acaso se estén consolidando. Es el caso de la “vieja” violencia callejera, o kale borroka. El dato es esperanzador: En los meses de julio y agosto se produjeron en Euskadi apenas cinco actos de violencia callejera, ninguno de ellos ninguno de ellos calificado como grave. Son números que animaron el miércoles al consejero de Interior, Rodolfo Ares, a declarar de manera solemne que “la kale borroka ha desaparecido de nuestros pueblos y ciudades”. En una rueda de prensa desarrollada en Bilbao, y con la que hizo balance de las intervenciones realizadas por Interior en las fiestas de estos dos meses, el máximo responsable de Interior calificó este verano como “histórico” por ese bajo nivel de conflictividad. Ares recordó, de paso, que en el verano de 2009, el primero con los socialistas en Ajuria Enea, la Ertzaintza registró 53 episodios de violencia callejera, diez de ellos considerados graves. En 2010 ya se produjo un descenso, con 35 actos de kale borroka, cinco de gravedad. Y este año sólo se han producido cinco, y ninguno estuvo revestido de gravedad. Según detalló el consejero, se trató de “episodios aislados” de quema de contenedores y destrozo de mobiliario urbano.
Los enfrentamientos suscitados por las órdenes dictadas por Interior prohibiendo manifestaciones o modificando su recorrido, también han desaparecido, agregó el consejero Ares. Los cambios de recorrido de las marchas de este mes a favor de los presos en Vitoria y San Sebastián durante sus fiestas, por ejemplo, fueron cumplidos por los “radicales abertzales”, según dijo.
El balance, sin embargo, no es totalmente feliz: Persisten los casos de enaltecimiento del terrorismo. Entre julio y agosto, Interior ha instruido un total de 52 atestados por esta razón, tan sólo siete menos que en 2010. “Sigue habiendo gente que quiere seguir manteniendo actitudes del pasado”, explicó Ares. Otro dato poco feliz: se mantiene la colocación en las calles de pancartas con mensajes relacionados con ETA, sus presos y su entorno, aunque las actuaciones de la Ertzaintza para eliminar esas demostraciones han bajado en un 12% con respecto al verano pasado, porque “cada vez se colocan menos”, según puntualizó el consejero Ares, quien apuntó que, “en general, los Ayuntamientos han colaborado”, en referencia a los municipios en los que, desde mayo, gobierna Bildu. Precisamente, agentes de la Ertzaintza retiraron en la tarde del miércoles, en la parte vieja de San Sebastián, una pancarta en apoyo a presos de la banda, como si quisieran ilustrar la renovada apuesta del consejero de Interior por la “tolerancia cero” frente a cualquier muestra de enaltecimiento a ETA. El portavoz del PP en el Ayuntamiento donostiarra, Ramón Gómez Ugalde, había deplorado, poco antes, en un comunicado, la colocación de dicho cartel. Gómez Ugalde consideró “lamentable e indignante” que el equipo de gobierno de Bildu permitiera ese tipo de hechos y “sólo se preocupe de politizar las fiestas donostiarras, en vez de solventar los problemas de la ciudad”. A su vez, el PNV donostiarra ya había reclamado al consistorio que aclarase si los carteles en favor de los presos etarras colocados en algunos puntos de la ciudad durante la pasada Semana Grande, contaban con autorización. .
El consejero Ares mostró su vivo deseo de que la normalidad “sea irreversible”, pero alertó a la ciudadanía de que esta situación “no es un regalo de los radicales abertzales”, sino de quienes predican la tolerancia cero ante ETA y su entorno. Ares reiteró que su política seguirá siendo la misma para que “los espacios públicos sean para la convivencia y la libertad, y no sean instrumentalizados para hacer actos de homenaje a presos u otro tipo de actividades no regladas”. Estas declaraciones impulsaron las críticas de la izquierda abertzale, que en un comunicado rechazó el “cinismo” de Ares y su política de “generar tensión y crispación” porque, según los abertzales, a lo largo del verano ha impulsado una “constante vulneración de derechos básicos, como el derecho a reunión, manifestación o expresión”. Ares aprovechó la ocasión para hacer un nuevo llamamiento a Bildu para que exija la inmediata desaparición de ETA y muestre su rechazo de los actos de kale borroka.
Ares aprovechó su comparecencia pública para condena la violencia machista, que este año ha acabado ya con la vida de tres mujeres en Euskadi. Condenó estos crímenes y los casos de violaciones o abusos sexuales que se han denunciado durante las fiestas, y confirmó que reforzará las labores de contravigilancia en el caso de personas amenazadas por ETA y en el de mujeres maltratadas, una labor que será realizada por agentes de la unidad de acompañamiento, que hasta ahora se ha centrado en escoltar a políticos amenazados por la banda. El consejero explicó que Interior ha decidido realizar “ajustes puntuales en los horarios” del Alarde de Hondarribia, del próximo 8 de septiembre, para garantizar la normalidad y la seguridad del tradicional evento festivo. Interior ha modificado el recorrido durante los ensayos y ha cambiado el horario y la ruta de las diferentes compañías para que el Alarde mixto y el tradicional no se junten. “El año pasado tuvimos problemas para garantizar la seguridad”, explicó Ares, quien reconoció y subrayó que los ajustes afectan a todas las compañías. La compañía mixta Jaizkibel había censurado estas medidas por considerarlas “un paso atrás en la conquista de la lucha por la igualdad”. Bildu criticó que la decisión hace “guiños a los que no quieren un Alarde normalizado”.
Desde siempre, los festejos veraniegos vascos han dado ocasión a actos de violencia por parte del mundo abertzale o proetarra…

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